Activista Margarita Romo es reconocida en Florida

La defensora de los derechos de los campesinos inmigrantes fue inducida al Salón de la Fama de los Derechos Civiles de Florida

Miami – Para Margarita Romo, una defensora de origen mexicano de los derechos de los campesinos inmigrantes de Florida, este jueves fue un día de regocijo.

Su lucha de más de cuatro décadas contra el maltrato que sufren miles de campesinos fue reconocida por el gobernador de Florida, Rick Scott, al honrarla en el Capitolio de Tallahassee como una de las inducidas este año al Salón de la Fama de los Derechos Civiles de Florida.

Scott la escogió de una lista de diez distinguidas nominadas por la Comisión de Relaciones Humanas del estado, por “sus significativas contribuciones al mejoramiento de vida de las minorías”.

El gobernador señaló que la activista y pastora “ha actuado por su convicción y realmente hizo una diferencia en muchas vidas en nuestro estado y en todo el país”.

Romo, de 77 años, nació en Texas pero su madre Anastasia era de Saltillo, en el norteño estado de Nuevo León, México, y su padre Isidro era campesino nacido en Texas, pero su abuelo nació en Chihuahua.

La activista dijo que desde pequeña vio “injusticias” en los campos agrícolas, cuando su padre trabajaba en Dallas, Texas, y que eso la motivó cuando tenía 35 años y se había mudado a Florida a trabajar con los campesinos del estado.

“Cuando me mudé a Florida comencé a ver que estaban pasando los mismos maltratos e injusticias que le habían pasado a mi papá”, recordó en charla con Notimex la directora de la Farmworkers Help Self y la Casa de la Resurrección.

Ambas ONG, ubicadas en el Condado Pasco, unos 48 kilómetros al norte de Tampa, trabajan a favor de los campesinos de la comunidad.

Su paso por un orfanato cuando murió su madre teniendo tres años, su educación en un convento y luego su vida con una familia acomodada en Dallas, aunque “fue difícil”, le dio las herramientas para erigirse en pastora de la Iglesia Luterana, lo que le sirvió para brindar ayuda.

“Cuando llegué aquí los campesinos eran escondidos en trailas (remolques) por los “rangers” en los campos remotos de tomate y naranja y los maltrataban y robaban. Ahora las cosas han cambiado porque la gente tiene un poco más de conocimiento de las leyes”, dijo la activista.

“Han cambiado mucho las condiciones de vida, ya no los esconden, pero falta mucho por hacer, muchos de los inmigrantes llevan 20 años aquí y no saben hablar inglés y es necesario que lo aprendan para que conozcan que tienen derechos”, expresó Romo.

La activista dijo que pronto uno de sus hijos será ordenado como sacerdote de una Iglesia Luterana que actualmente construyen a través de Casa de la Resurrección en Pasco, a la que espera que asistan muchos de los casi 15 mil mexicanos que trabajan en la zona.

Junto a Margarita Romo fueron inducidos al Salón de la Fama los activistas de los derechos civiles de la raza negra Harry T., y Harriette V. Moore, quienes murieron en un atentado en 1951.

También el abogado James B. Sanderlin, quien luchó contra la segregación racial en el Condado Piniellas y se convirtió ahí en el primer juez afroamericano. Falleció en 1990.

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