Esperan la legalización

Ya es hora de una reforma migratoria que incluya a los inmigrantes agrícolas

Campesinos de Illinois migran de México, sobre todo de  Morelos, Guerrero, Veracruz, Michoacán, Durango y Chiapas, entre otros lugares.

Campesinos de Illinois migran de México, sobre todo de Morelos, Guerrero, Veracruz, Michoacán, Durango y Chiapas, entre otros lugares. Crédito: <copyrite> Illinois Migrant Legal Assistance Project</copyrite><person>Cortesía Pedro Gaytan< / person>

CHICAGO, Illinois.— Facundo, quien prefirió mantener su identidad en reserva, es un trabajador del campo. El mexicano vive en Illinois desde hace muchos años y hasta ahora no ha perdido la fe de regresar a su tierra a ver a sus padres.

“Tengo la esperanza de que algún día las cosas van a cambiar y vamos a tener ‘papeles’”, dijo Facundo, quien fue un antiguo cliente de la organización Farmworker & Landscaper Advocay Project (FLAP).

“Aunque al final es muy poquito lo que uno recibe semanal; esos 200 ó 300 dólares es con lo que uno alimenta a la familia”, contó el trabajador.

Historias como la de él hay miles en todo el país. Ellos aguantan el calor por horas y siempre sedientos hacen de todo con tal de sacar el trabajo y recibir la paga para mantener sus hogares. Más de uno sueña con la legalización.

Los trabajadores campesinos de Illinois migran de México, sobre todo de las áreas de Morelos, Guerrero, Veracruz, Michoacán, Durango y Chiapas, por mencionar algunas, según datos de la FLAP y de la Illinois Migrant Legal Assistance Project (IMLAP). En menor cantidad provienen de Puerto Rico, Guatemala y Honduras.

Alexandra Sossa, directora FLAP, dijo que dependiendo de en qué parte del estado se encuentren los trabajadores siembran flores, calabazas, tomates, perejil y cilantro.

“Lo que manda aquí en Illinois es el maíz y hay un proceso que se llama cortar la espiga, y durante el mes de julio es cuando viene la mayoría de estos trabajadores a la parte más central del estado, al norte de Champaign”, dijo Miguel Keberlein, abogado del IMLAP.

“En el sur de Illinois, allí por el área de Carbondale, hay mucha fruta y por el sector de Kankakee siembran flores”, añadió Keberlein.

Los trabajadores migrantes también trabajan en viveros (‘nurserías’ o ‘nurseries’) y en ranchos ganaderos o en ranchos donde se crían animales para la venta, como caballos o gallinas. También pueden trabajar en jardinería.

Sossa explicó que la organización donde trabaja provee asistencia legal a 15 mil personas anualmente y operan en el centro de Illinois, en Peoria y en los alrededores de Springfield.

“Allí es donde están las mayoría de los campesinos que trabajan en los ranchos”, contó.

“En este país no se come nada que antes no fue tocado por manos de inmigrantes que están trabajando la tierra”, declaró Keberlein.

¿En que beneficiaría a estos trabajadores del campo una reforma migratoria? Para Sossa, además de recibir un salario digno, se respetarían sus derechos laborales, trabajarían sin miedo y con gusto, y podrían escalar dentro del rubro de la agroindustria.

Keberlein detalló que un trabajador del campo gana alrededor de 14 mil dólares al año; y una familia de cuatro gana como 16 mil dólaresal año.

“Casi todos viven bajo la línea de pobreza que declara el gobierno de este país, aunque tengan o no tengan documentos este es un trabajo muy mal pagado”, confirmó Keberlein.

El abogado precisó que los trabajadores que vienen con el Programa de Trabajadores Huéspedes (Visa H-2A) deben ganar 11.10 dólares la hora bajo la ley de Illinois y los que no están bajo este programa ganan alrededor de 8.25 dólares la hora.

“A ellos se les paga muy poco teniendo en cuenta su estado migratorio, así que el hecho de que surja una reforma migratoria va a beneficiar mucho a la población que nosotros servimos porque van a recibir un salario más digno”, dijo Sossa.

Sossa también explicó que a los trabajadores que vienen con visa de trabajo desde México o de otros países experimentan muchas violaciones en sus derechos laborales.

“A ellos les toca en algunos casos reembolsar a la compañía por la visa, por los gastos de viaje y una vez que llegan acá los acomodan en viviendas que no son las más dignas, entonces también les toca pagar por las viviendas que están usando”, aclaró.

“Si tienen ‘papeles’ no tienen que aceptar trabajos que son creados para gente indocumentada. Ellos pueden ser mejor remunerados como jefe o líder de grupo, estamos hablando de alrededor de 10 a 12 dólares la hora”, señaló Sossa.

Cuando se le preguntó a Sossa si de producirse una reforma migratoria, el sector agrícola se vería reducido respondió: “Hay gente que viene trabajando en el campo por muchos años, tienen experiencia, no van a ir a trabajar a otra industria, primero porque no la conocen, segundo porque es un trabajo en el que se sienten cómodos. Este es un trabajo que viene de generación en generación lo hace el abuelo, el padre, el hijo es como de tradición”.

Una opinión diferente tiene Oscar Chacón, director de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas (NALACC): “Nadie se queda trabajando en un empleo que es físicamente demandante y que no paga de manera generosa para toda la vida y esto especialmente si la gente tiene la posibilidad de buscar mejores oportunidades de empleo”.

Según Chacón, el hecho del que el 80% de la mano de obra empleada en la industria agrícola de EEUU es de una población indocumentada ha significado en la práctica en que esta gente tiene muy pocas posibilidades de desplazarse hacia otro segmento del mercado.

“Al dar a toda esta población el derecho de poder acceder a una residencia permanente o incluso a un permiso temporal que los deje quedarse en EE.UU., ten por seguro que estos trabajadores en cuestión de tres a cinco años ya no van a estar en la agricultura porque van a buscar nuevas oportunidades”, indicó Chacón.

Chacón también recalcó que por eso que se vuelve necesario que el programa de visas para trabajadores agrícolas se incremente en el futuro.

“Si la población de los que ya están aquí van a poder acceder a una condición de legalidad, entonces van a necesitar renovar la composición de la mano de obra con nuevos trabajadores, que en este caso ya no estarían sin ‘papeles’ sino que más bien vendrían con un visado temporal”.

Keberlein, por su parte, espera que se dé una reforma migratoria integral que los beneficie a todos. “Los trabajadores de la agricultura de este país han sufrido por años y siempre ellos quedan afuera cuando hay este tipo de reforma, espero que esta vez ellos puedan tener su chance para acceder a su residencia y, por ende, en el futuro a la ciudadanía”.

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