Las trampas del gobierno venezolano

El gobierno de Nicolás Maduro sencillamente no acepta el recuento de votos que Capriles exige, ya que tiene toda la razón, y puede demostrar con pruebas que el gobierno hizo trampas para ganar las elecciones. El muestra sus pruebas en Twitter todos los días.

En 737 recintos electorales sus partidarios fueron forzados a irse cuando comenzaba el conteo de votos por bribones armados por el gobierno. En 39 recintos Maduro obtuvo el 100 por ciento de los votos. Y Maduro, que no le llega ni a la chancleta en popularidad al difunto Hugo Chávez sacó más votos que su predecesor en 1,176 recintos. Maduro, según el Consejo Nacional Electoral *(CNE) le ganó los comicios a Capriles por 250,000 votos. Hace seis meses Chávez le había ganado a Capriles por 1.5 millones de votos.

Los peros vienen por consejo de los hermanos Castro en Cuba que no ha permitido que uno de sus ahijados pierda en una elección desde que se equivocaron en Nicaragua en 1990 y permitieron que Violeta Chamorro derrotara al Sandinista Daniel Ortega.No hay país en el hemisferio donde la influencia de Cuba sea mayor. Ya Maduro ha comenzado a cubanizar al país. A los oponentes les dan palos en las calles y en la Asamblea Nacional. A los más peligrosos los meten presos. Algunos ya hablan de tener un calabozo listo para Capriles.

Uno de los primeros en caer preso fue el general en retiro Antonio Rivero del grupo opositor Voto Popular. Su crimen fue detallar la presencia de los cubanos en Venezuela. Lo más preocupante de lo que dijo el Gen. Rivero fue que en el Fuerte Tiuna, la mayor base militar del país ubicado en el centro de Caracas, hay 300 asesores militares cubanos. Eso fue suficiente para detenerlo.

Lo mismo hizo el gobierno con un joven americano Timothy Tracy, de 35 años, que llevaba un año en el país haciendo un documental. A Tracy lo acusaron de instigar a los que protestaban en contra de la transparencia de los comicios a la violencia. Hoy está detenido en un calabozo del servicio de inteligencia nacional hasta nuevo aviso.

Contra esto Capriles le pide a sus seguidores que suenen sus cacerolas en la noche. Y los cacerolazos en todo el país son enormes. Su efecto en la estabilidad del gobierno es limitado.

Además a los representantes de la oposición en la Asamblea Nacional no se les permite hablar porque dicen que no reconocen la legitimidad de Maduro. El martes le entraron a golpes por portar un letrero en contra del gobierno.

En el sur de la Florida los venezolanos siguen las noticias de Venezuela todo el tiempo. Creen que le verdad puede vencer a la fuerza. Pero entienden lo difícil que es obtener resultados rápidos. Muchos se conforman porque saben que Maduro no tiene la fuerza para mantenerse en el poder por seis años.

Si mantiene el plan de ayudar a Cuba y a los más necesitados en el país, Venezuela se va a la bancarrota. Si impone las reformas económicas necesarias va a haber un estallido social. Esa son las opciones de Maduro.

Nadie puede predecir el futuro. Las cosas se complican por la influencia enorme que Cuba tiene en Venezuela. Pero Maduro no es un gobernante fuerte como Chávez. Muchos especulan que del mismo chavismo sin Chávez saldrá otro que derroque a Maduro.

Capriles ganó las elecciones y tiene el talento necesario para rescatar a Venezuela del caos en que se encuentra. Si no llega al poder, los venezolanos van a vivir en una dictadura cada día más cruenta.

Guimar123@gmail.com

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