Industrialización de la coca no despega en Bolivia

VILLA TUNARI/AP— Las máquinas están paralizadas y no producen nada desde hace meses. Cinco años después de la inauguración de la fábrica Ebococa, llamada a ser la abanderada de un proyecto de Evo Morales para industrializar la coca, el sitio parece abandonado.

La desolación de esta instalación en Villa Tunari, en la región cocalera de Chapare, a unos 350 kilómetros de La Paz, refleja el impacto casi nulo que tuvo una iniciativa del presidente Morales que busca reivindicar el derecho de los bolivianos a darle a un producto tradicional el uso que les parezca.

Las dos plantas que ha financiado Morales para darle a la hoja usos múltiples no están produciendo alimentos en la actualidad. Tuvieron actividad en forma esporádica y sus ventas no fueron alentadoras.

La falta de resultados obedece en parte a problemas de financiamiento y de mala administración, pero también al sorpresivo desinterés que han mostrado los bolivianos en el consume de productos derivados de la coca, ya sea por su amargo sabor, la falta de costumbre o porque no haya habido una producción continua.

“Hay dificultades para que productos de la coca se mantengan en el mercado”, declaró Javier Valda, director de una oficina del gobierno encargada de apoyar organizaciones económicas indígenas. No hay difusión y promoción masiva. La gente no acepta fácilmente productos ecológicos y prefiere la hamburguesa, el café. “Lamentablemente el público no está acostumbrando a los productos hechos a base de coca”, admitió el viceministro de la coca Dionisio Núñez.

Si bien condena la producción y consumo de cocaína, Morales quiere reivindicar el papel de la coca en la cultura boliviana y prometió a los cocaleros instalar dos plantas para trasformar la coca en alimentos, infusiones, ungüentos, golosinas, pasteles y jarabes, entre otros productos.

Ebococa fue una de ellas. Ocupa un predio de 2500 metros cuadrados y fue entregada al sindicato de sembradores de coca con un costo total de unos 2 millones de dólares, de los cuales Venezuela aportó 900,000, según dijo a la AP Eliseo Zeballos, dirigente cocalero que está a cargo del proyecto.

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