Reparan la fuga

Los astronautas arreglaron un serio escape de amoniaco

La imagen de la NASA muestra a los astronautas, los ingenieros  Chris Cassidy (de) y  Tom Marshburn (iz) al regreso de su caminata espacial para reparar la fuga de amoniaco de la nave.

La imagen de la NASA muestra a los astronautas, los ingenieros Chris Cassidy (de) y Tom Marshburn (iz) al regreso de su caminata espacial para reparar la fuga de amoniaco de la nave. Crédito: EFE

CABO CAÑAVERAL, Florida — Dos astronautas realizaron el sábado un inusual y apresurado paseo espacial para reemplazar una bomba en el exterior de la Estación Espacial Internacional con la esperanza de arreglar una seria fuga de amoniaco.

Las posibilidades de éxito aumentaron a medida que pasaron los minutos, y después las horas, sin que aparecieran copos congelados de amoniaco. El centro de control de la misión dijo que parecía como si la fuga se hubiera solucionado, aunque se necesitaba vigilancia adicional en las próximas semanas antes de declarar victoria.

“Les puedo decir que estamos felices. Estamos muy felices”, dijo Joel Montalbano, subgerente del programa de la estación espacial de la NASA. “No vimos ninguna señal evidente de una fuga, pero va a tomar algún tiempo… para que observemos y evaluemos el sistema y estemos seguros de que, en efecto, detuvimos la fuga”.

Montalbano espera que se necesiten “unas cuatro o cinco semanas, tal vez incluso un par de semanas más”.

“Obviamente, cuanto más tiempo pase, más confiados estamos”, dijo a los periodistas.

Christopher Cassidy y Thomas Marshburn instalaron la nueva bomba después de quitar la vieja, que se sospechaba escupió los copos de amoniaco refrigerante congelado dos días antes. No descubrieron pruebas frescas de la fuga y en consecuencia se mantienen atentos de cualquier mancha de hielo que pueda aparecer en el enorme marco que sostiene los paneles solares en el lado izquierdo de la estación.

“Háganos saber si ustedes ven cualquier cosa”, instó el control de la misión mientras instalaban la bomba nueva. Treinta minutos más tarde, todo seguía tranquilo. “No hay copos”, dijeron los astronautas por radio.

“Tenemos nuestros ojos encima y no hemos visto nada”, dijo Marshburn.

La NASA dijo que la fuga, aunque es importante, no plantea un peligro para la seguridad de la tripulación. Sin embargo, los gerentes del vuelo quieren solucionar el problema ahora, recién ocurrido, y antes que Marshburn regrese a la Tierra dentro de unos días.

La agencia espacial nunca preparó una caminata tan rápida e improvisada de una tripulación. Incluso durante la época de los transbordadores, los paseos súbitos fueron inusuales.

Los controladores del vuelo trabajaron frenéticamente en Houston para la operación del sábado, completando todos los preparativos requeridos en menos de 48 horas. Los astronautas se entrenan para emergencias de este tipo antes de su partida al espacio.

Esta área de la estación especial es propensa a las fugas.

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