Carteles tratan de reclutar a migrantes

Los sacerdotes Alejandro Solalinde (izq) y Francisco Gallardo caminan en las afueras de un  refugio para inmigrantes.

Los sacerdotes Alejandro Solalinde (izq) y Francisco Gallardo caminan en las afueras de un refugio para inmigrantes. Crédito: ap

MATAMOROS, Mexico — Al otro lado del río Bravo, justo enfrente de Brownsville, Texas, hay un refugio para inmigrantes recién deportados de Estados Unidos y otros transeúntes que aguardan cruzar la frontera.

Una amplia hilera de camas ofrece a los migrantes un lugar para pernoctar en su larga travesía. Pero el edificio no es lugar seguro en esta zona controlada por el cartel del Golfo. Una noche, sujetos armados irrumpieron en el lugar y se llevaron a 15 hombres, a los que probablemente obligaron a trabajar para la organización delictiva como guardias o mulas, para que transporten paquetes de marihuana a Estados Unidos.

En estos momentos en que el Congreso de Estados Unidos está debatiendo una reforma a la ley de inmigración, los congresistas tendrán que enfrentar la realidad de lugares como este, en que según testigos, el sistema actual para reprimir la inmigración ilegal engendra un masivo tráfico humano que le suministra al cartel una nutrida fuente de ingresos y mano de obra.

“Este círculo vicioso le beneficia al crimen organizado porque un migrante está dispuesto a pagar”, declaró el reverendo Francisco Gallardo, quien coordina ayuda a los inmigrantes en la diócesis de Matamoros.

Si el Congreso suministra más recursos a la frontera, el gobierno además tendrá que prestar atención a las variantes fluctuaciones de los arrestos de inmigrantes.

El cartel controla quién cruza la frontera y se beneficia de cada migrante al imponerle un pago a todos los traficantes conocidos como “coyotes”. En el refugio, la amenaza de los carteles es tan grave que el personal le pide a los migrantes que salgan a la calle durante el día porque de esa manera es más difícil reunirlos y llevárselos.

Estados Unidos ha deportado un número sin precedente de inmigrantes en años recientes y decenas de miles de ellos en lo que va de año han quedado en Tamaulipas, el estado fronterizo con Texas. Se suele decir que Arizona es el punto de cruce más común, pero cada vez son más los inmigrantes detenidos en la punta sur de Texas, en el sector Río Bravo de la Patrulla Fronteriza.

Las estadísticas sobre capturas de migrantes no son muy confiables porque reflejan apenas una fracción de flujo real, pero definitivamente la tendencia de los arrestos está variando.

Las capturas en el sector de Tucson, Arizona disminuyeron 3% el año pasado, mientras las del Valle del Río Bravo aumentaron en 65%. Solamente en marzo, la Patrulla Fronteriza efectuó más de 16,000 arrestos de inmigrantes en el Sector del Río Bravo, un aumento de 67% con respecto al mismo mes del año pasado, según esa dependencia policial.

También han aumentado las muertes de inmigrantes. En el sector se reportó el hallazgo de unos 70 cadáveres en los primeros seis meses del año fiscal, más del doble del año anterior.

Las nacionalidades de los inmigrantes está variando también: ahora vienen más de Honduras, Guatemala y El Salvador. La Patrulla Fronteriza efectuó 94,532 detenciones de personas no-mexicanas en la frontera sudoccidental el año pasado, más del doble que el año anterior. Y casi la mitad de esas detenciones tuvieron lugar en el Sector del Río Bravo.

La Patrulla Fronteriza está reaccionando a la nueva tendencia, reubicando a sus recursos de personal, enviando a los más recientes graduados de su academia al Valle de Río Bravo, dijeron autoridades de la patrulla.

Cuando inmigrantes de México y Centroamérica llegan a Matamoros en camino a Estados Unidos, son recibidos por “coyotes” que se ven obligados a pagarle al cartel de drogas por cada persona que llevan a la frontera.

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