La reina pide una oportunidad

A pesar de las críticas, Marisela Demontecristo reitera que trabajará para demostrar que es la justa ganadora de Nuestra Belleza Latina

Nueva York — Aunque inicialmente no se perfiló como una de las favoritas a llevarse el cetro del concurso Nuestra Belleza Latina, lo cierto es que la salvadoreña Marisela Demontecristo conquistó la corona, y con una mayoría aplastante de votos, tres millones más que la segunda finalista.

“Me siento feliz y emocionada. No termino de despertarme de este sueño que he vivido, realmente estoy muy agradecida con ese público que me ha apoyado”, manifestó la nueva reina.

La decisión del pasado domingo, sin embargo, no tardó en desatar una lluvia de críticas entre los seguidores del show, quienes aseguran que la centroamericana no era la más apta para ganar dicho certamen, y simplemente conquistó el título porque la gente se conmovió con su origen humilde.

Demontecristo no era ajena a esas opiniones, e inclusive reconoció que las otras concursantes también le habían manifestado su sorpresa al verla entre las finalistas.

“En la mitad de la competencia muchas de mis compañeras se dieron cuenta de mi cambio para mejorar, de las ganas que le estaba poniendo y siempre me lo decían. Igual, me llevé bien con ellas y les estoy muy agradecida. No me molestaron sus comentarios ya que soy muy realista y simplemente seguí luchando para estar al nivel de la competencia”, señaló.

Asimismo, con una nobleza admirable, la joven de tan sólo 20 años le pidió al público que se molestó con el resultado el darle una oportunidad para demostrar que es digna de esta corona, y aseguró que muy pronto verán su cambio.

A la comunidad salvadoreña de nuestra área, la reina envió un agradecimiento inmenso por sus votos, y adelantó que aunque nunca ha estado en Nueva York como turista, se muere por realizar una visita en la que pueda admirar la ciudad y compartir con ellos. Además anuncio que dejará muy en alto el nombre de su país.

La joven actualmente reside en Las Vegas, a donde llegó cuando tenía 10 años directamente de El Salvador, pero el contrato que se ganó con Univisión la obligará a reubicarse a la Florida.

Dentro del premio también se incluyen $250,000, de los cuales la reina donará parte a la escuela en la que estudió cuando era niña, y también le servirán para financiar la cirugía de su sobrina Brandy de 10 años, quien nació prematura con los intestinos afuera, y cuyo padecimiento le está produciendo complicaciones en el presente.

Para sorpresa de muchos, Demontecristo sabe tocar el violín, el cual asegura aprendió como una forma de alejarse del “bullying” que vivía en este país por no saber hablar inglés. La salvadoreña también juega fútbol, y su equipo profesional favorito es el Barcelona de España.

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