Las ‘flip flops’, ni tan cómodas

Antes de usarlas a diario este verano, sepa lo que dicen los podiatras

Nueva York — Ya muchos se sacaron las medias y los zapatos, y durante los próximos meses sus pies no vestirán casi ningún otro calzado más que las llamadas “flip flops”, chanclas, chancletas o sandalias playeras. Pero cuidado, la comodidad que ellas ofrecen le puede costar una visita al podiatra.

De acuerdo a un informe del National Foot Health Assessment, en los Estados Unidos aproximadamente un 78% de los adultos mayores de 21 años sufren o han sufrido al menos una vez de problemas en los pies. Y según los expertos, las populares chanclas son las causantes de parte de esos problemas.

“Las personas deben entender que las flip flops tienen que ser usadas en lugares y situaciones específicas. El asunto es que muchos las llevan para hacer deportes, caminar en la ciudad u otras actividades donde se requiere un zapato con más protección y soporte”, explica Sharon Whiteley, fundadora de la marca de calzado Pluggz.

Uno de los principales problemas de llevarlas a diario es que, generalmente, el diseño de las mismas no es el apropiado para el arco o el talón del pie. Además, por su poco ajuste, los músculos y articulaciones tienen que trabajar extra.

“Desafortunadamente la mayoría de las flip flops ofrecen de poco a ningún soporte. Son muy planas y sin nada que asegure el frente o la parte de atrás de los pies”, señala la Dra. Rebecca Pruthi, podiatra y cirujana de la clínica Foot Care of Manhattan. “Esto pone mucha presión en la musculatura de pies y tobillos, causando serios problemas como plantar fasciitis (dolor en los talones) , espolones o crecimiento de los juanetes”.

Igualmente, el material plástico usado para fabricar este tipo de calzado es poco flexible y a la vez no lo suficientemente fuerte para caminar sobre el concreto de las calles de la ciudad.

Además, con el uso constante de las “flip flops” en lugares como el subway, baños y otros espacios públicos, los pies están expuestos a gran cantidad de bacterias, lo que puede originar problemas en la piel y las uñas.

Pero lo antes dicho no significa que usted necesita pasar todo el verano usando zapatos cerrados. La Dra. Pruthi señala que cada vez más aparecen nuevas versiones de la clásica chancleta veraniega, creadas por marcas como Fit Flops y Orthaheel, que ofrecen mayor soporte y amortiguamiento para cuando las querramos llevar a la playa o a la piscina.

“Por ejemplo, las nuestras tienen una tecnología “grounding”, que usa una especie de botón en la zona de la planta del pie para ayudar a caminar sobre cualquier superficie”, explica Whiteley sobre las flip flops de Pluggz. “Y además absorben los electrones de la tierra, lo que según estudios ofrecen beneficios a la salud, como el incremento de la circulación y reducción de la presión arterial”.

De manera que si usted es amante de las chancletas, este verano tómese el tiempo de buscar unas que, a largo plazo, no le pasen factura a sus pies. Y recuerde, no son para andar todo el día, por más cómodas que le parezcan.

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