Mexicanos sin identidad en el limbo de la reforma migratoria

MÉXICO, D.F.—Cuando Yadira emigró tenía seis meses de nacida. Su madre la llevó a Estados Unidos antes que al registro civil y así la sumó a los dos millones de mexicanos sin actas de nacimiento que hoy viven del otro lado de la frontera, donde podrían perder la oportunidad de legalizarse ante una eventual reforma migratoria.

Son mexicanos de sangre, estadounidenses de residencia, pero apátridas para la ley. Simplemente no existen jurídicamente ni aquí ni allá y por tanto no tienen derecho a la salud, a la educación y menos a aspiraciones legales, a menos que consigan, para empezar, un acta de nacimiento de su país.

Yadira, quien hoy tiene 25 años, pudo aspirar a una residencia temporal como “dreamer”, ese grupo de jóvenes que fueron llevados por sus padres a EEUU siendo niños, pero le ganó el tiempo o las leyes de Arizona.

Hace cuatro meses, agentes migratorios entraron a su casa para echarla del país. “Llegó a México sin hablar español, sin conocer absolutamente nada, sin familia ni identidad”, recuerda Karen Mercado, de Be Foundation, una organización que promueve el derecho a la identidad de las personas.

Be Foundation anunció ayer el inicio de una campaña para detectar a los mexicanos que actualmente viven en Estados Unidos sin identidad, alrededor de dos millones, según sus estimaciones, pero podrían ser más si se toma en cuenta que sólo el estado de Oaxaca ubica oficialmente a 380,000.

“El 30% de esos mexicanos sin actas de nacimiento podrían aspirar a la legalización por la reforma migratoria”, afirma Mercado. “Urge que haya una sensibilización del Gobierno mexicano y la clave está en los consulados”.

En junio próximo, el Consulado de México en Sacramento comenzará un proyecto piloto para detectar a esos mexicanos sin identidad a través de un número 1-800 gratuito y una página de Internet que se publicitará a través de diversos medios de comunicación; Los Ángeles podría ser el siguiente paso.

En Florida, la búsqueda va más avanzada, aunque fuera de las sedes diplomáticas. Más bien, por la ayuda del basquetbolista de la NBA, Gustavo Ayón (Nayarit, 1985), embajador de Be Foundation para la causa en Clearwater.

Ayón se integró al proyecto por dolorosos recuerdos de infancia. “Mi padre tenía empleados con hijos que nunca registraban, muchas veces para no faltar a trabajar, y después los niños no podían ir a la escuela ni al doctor, a nada”, recordó en conferencia de prensa, donde anunció que tiene ya 55 solicitudes de registro.

Las causas por las que un padre no presenta a su hijo ante el registro civil son múltiples para los siete millones de personas sin actas de nacimiento en México, como los que están fuera.

La senadora Ivonne Álvarez, quien durante cuatro años realizó trámites regulatorios de este tipo al frente de la alcaldía en Guadalupe, Nuevo León, señaló que son principalmente razones económicas, pero también por falta de presupuesto para trasladarse desde lejanas comunidades, o por desidia.

En marzo pasado, Álvarez exhortó desde el Senado a los gobiernos estatales y municipales para “abatir el rezago”; un mes después, fue al fondo del problema: una reforma al artículo cuarto de la Constitución para elevar el rango del derecho a la identidad que se votó por unanimidad.

Una vez que se apruebe en la Cámara de Diputados y en 16 congresos estatales, el registro de nacimiento sería obligatorio y gratuito; mientras tanto, Michoacán e Hidalgo expiden las actas sin costo y en la brevedad posible, para los ciudadanos de esos estados que actualmente viven en EEUU.