Boricuas en Rhode Island

Grupo de bomba y plena Yoruba 2 de Rhode Island.

Grupo de bomba y plena Yoruba 2 de Rhode Island. Crédito: suministrada

Los puertorriqueños en Rhode Island son pocos, unos 34,979, pero con sus aportes culturales, sociales y comerciales se hacen sentir igual o más que el millón de boricuas que residen en Nueva York.

Para muchos historiadores, la primera migración puertorriqueña hacia Rhode Island se remonta a los años 1950, pero una investigación del Latino Oral History Project del estado reveló que la presencia de los boricuas data de los años 1920, cuando decenas de puertorriqueños llegaron para trabajar en las granjas de Elmwood, en Providence.

Entre los pioneros están los hermanos José González, un educador que actualmente dirige el Centro de Colocación y Registro de Estudiantes de las escuelas públicas de Providence, Luis González, un ingeniero mecánico, y Roberto González, un abogado que se convirtió en 1994 en el primer juez hispano en la historia de Rhode Island.

Los padres de González emigraron de Puerto Rico a Nueva York, y vivieron en Fort Greene, en Brooklyn, hasta que a un tío de los hermanos le dieron un balazo en un asalto y la familia decidió buscar un sitio más seguro y escogió Rhode Island.

“Cuando yo llegué a Providence en 1968, era un puñito de latinos, y casi todos eran puertorriqueños y dominicanos”, dijo González. “Ahora el sistema escolar está lleno de hispanos, somos la mayoría”, señaló.

González dijo que llegar a Rhode Island fue un “shock para la familia entera”, porque en Nueva York “había bodegas y barberías hispanas, las misas se oficiaban en español, y llegamos a Providence y era como comenzar de nuevo, sólo había una sola bodega, que era de un puertorriqueños llamado Tony Rosario”.

Las principales luchas de los boricuas en Rhode Island, según González, es el empleo y la educación.

“Los puertorriqueños que llegan sin preparación universitaria tienen problemas para conseguir buenos empleos, y tienen que trabajar en limpieza o en restaurantes”, dijo González.

Una de las principales líderes en el área cultural de Rhode Island es Lydia Pérez, quien emigró de Puerto Rico junto con su esposo Wendell Rivera y sus dos hijas por falta de empleo en la isla en 1989, y en 1995 fundó el Puerto Rican Institute for the Arts and Advocacy, y el grupo Yoruba 2 de danza y música de bomba y plena, y ha ganado 25 premios como Artista Tradicional.

“Era tan fácil comprar casa en esa época, que después de un año compramos una y pagábamos unos $602 al mes”, dijo Pérez.

En aquel tiempo, según Pérez, había ya una buena población boricua y estaba el Movimiento Jíbaro, que celebraba el Desfile Puertorriqueño, considerada la organización boricua más antigua aún vigente del estado, fundada en 1984.

En el Instituto de Pérez, abogan por el arte puertorriqueño, “y lo que hacemos es traer verdadera cultura boricua directamente desde Puerto Rico, como grupos de bomba y plena”.

El mayor reto de los puertorriqueños en Rhode Island, según Pérez, es alcanzar más puestos políticos, ya que sólo tienen un concejal en Providence, Luis Aponte.

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