Denuncian impunidad en Policía hondureña

Fotografía tomada el 3 junio de 2013 durante un operativo realizado en Penitenciaria Nacional en el Valle de Amarateca, al norte de Tegucigalpa.

Fotografía tomada el 3 junio de 2013 durante un operativo realizado en Penitenciaria Nacional en el Valle de Amarateca, al norte de Tegucigalpa. Crédito: efe

Tegucigalpa — Los hondureños llevan más de 50 años soportando una Policía corrupta que, con honrosas excepciones, ha tenido agentes y oficiales involucrados en robo de vehículos, secuestros, narcotráfico, asesinatos y hasta intentonas de golpe de Estado, entre otros delitos que en su mayoría han quedado impunes.

“Haciendo las salvedades del caso, desde 1959 hemos tenido una Policía militarizada que, como derivación de eso, no ha respetado los derechos humanos, ha sido una Policía corrupta”, dijo Matías Funes, uno de los miembros de la Comisión de Reforma a la Seguridad (CRS), creada en marzo de 2012 por el Gobierno.

La CRS fue creada para diseñar, planificar y vigilar el proceso de reforma integral de la seguridad pública, incluida una propuesta de reforma de la Policía Nacional, que abarca su depuración, el Ministerio Público y el Poder Judicial, entre otras actividades.

Desde 1963 hasta 1998 la Policía de Honduras fue el cuarto brazo de las Fuerzas Armadas de Honduras.

Uno de los proyectos propuestos en 2012 por la CRS, que integran tres hondureños y dos extranjeros, es la creación de una policía comunitaria, lo que también contribuiría al proceso de saneamiento de la institución policial, que sigue marchando muy lentamente.

Pese al proceso de depuración de la Policía Nacional iniciado a finales de 2011, con frecuencia se denuncia a agentes y oficiales por su participación en diversos tipos de delitos y crímenes, lo que ha venido ocurriendo en los últimos 54 años, con la diferencia de que en algunas décadas muchos de los casos no trascendieron.

“El problema es que en la Policía hay sectores coludidos con la delincuencia o ellos mismos son delincuentes; tenemos una Policía que no es muy confiable ante los ojos de la población, lo que obliga a una depuración que hasta ahora ha ido muy lenta”, dijo Funes.

La situación de la inseguridad es preocupante en Honduras, donde la violencia criminal deja un promedio de 20 muertes diarias.

Las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno que preside Porfirio Lobo no han dado los resultados que la población esperaba, considerando que el gobernante se comprometió en su campaña a brindar “trabajo y seguridad” a sus compatriotas.

A menos de ochos meses de terminar su mandato de cuatro años, que finaliza el 27 de enero de 2014, Lobo no ha podido cumplir ninguna de sus dos promesas de campaña.

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