Espada no se libró de la cárcel

El político en desgracia pasará el día del Padre cautivo y alejado de su familia

El auge y caída de Espada, uno de los políticos más influyentes de la ciudad, será uno de los casos incluidos en el libro que el juez Block Frederic está escribiendo.

El auge y caída de Espada, uno de los políticos más influyentes de la ciudad, será uno de los casos incluidos en el libro que el juez Block Frederic está escribiendo. Crédito: <copyrite>EDLP</copyrite><person>Humberto Arellano< / person>

Nueva York – Nueva York — Tras ser sentenciado ayer a cinco años de prisión, el exsenador Pedro Espada se volvió para ver a su familia y le envió un beso a su esposa, quien estaba acompañada por uno de sus hijos.

Claramente llorosa, la mujer y el joven abandonaron la corte de Brooklyn, sin querer dar declaraciones sobre la condena que recibió su marido por evasión de impuestos y malversación de fondos de su organización sin ánimo de lucro.

Así terminó un capítulo de la vida de uno de los políticos más influyentes de Nueva York.

El juez de distrito Frederic Block envió inmediatamente a la cárcel al exsenador Espada, de origen puertorriqueño, quien en el mes de diciembre se declaró culpable de evasión de impuesto.

El magistrado le ordenó pagar $368,000 a la clínica Soundview Health Network y $118,000 a la Oficina de Rentas Internas (IRS), además de una indemnización a las víctimas que no ha sido determinada.

También, deberá cumplir una probatoria de 50 meses y 100 días de servicio comunitario, posteriores al cumplimiento de su condena.

Poco antes, en un último intento por evadir la condena, Espada, de 59 años, exigió otro juicio.

Sin embargo, el juez desestimó su moción, ya que el inculpado basó su argumento en una declaración de un jurado que aseguraba que Block influenció el veredicto. No obstante, el acusado hizo esto a pesar de la advertencia previa de que no tuviera contacto con los miembros del jurado.

El magistrado —luego de reconocer cómo Espada se superó— mostró el registro de llamadas telefónicas del momento que supuestamente estaba reunido en el tribunal, para comprobar que él se encontraba en su residencia.

En las afueras del tribunal, la fiscal del distrito este de Nueva York, Loretta Lynch, comentó que la gente de El Bronx había confiado en Espada con sus votos y su salud.

Poco después, el juez Block aseguró que ese caso era un buen tema para el libro que está escribiendo.

“Me puse mi mejor traje y mejor corbata para este día”, precisó el magistrado antes de retirarse.

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