Logran vender la casa de Vicky Peláez

La entrada de la casa de la presunta espía Vicky Peláez en Yonkers.

La entrada de la casa de la presunta espía Vicky Peláez en Yonkers. Crédito: <copyrite>EDLP</copyrite><person>cristina Loboguerrero< / person>

Nueva York — A casi tres años del sonado caso de espionaje en el que se vio involucrada la periodista peruana Vicky Peláez, finalmente se vendió la casa que le fue expropiada por el gobierno, como parte del acuerdo que firmó antes de ser expulsada a Rusia.

La casa ubicada, en la avenida Clifton de Yonkers, fue vendida el 20 de junio por $305 mil, luego de haber estado en el mercado desde abril, y a pesar que algunos vecinos consideraban a la propiedad como una maldición, por haberle quitado la tranquilidad al área.

“Después del nefasto verano de 2010, este vecindario nunca fue como antes”, indicó una de las vecinas de la propiedad que no quiso identificarse. “Esa casa se volvió como maldita, por su aspecto descuidado del jardín y las extrañas visitas de personas a cualquier hora del día”, añadió.

Peláez, de 58 años, que trabajó para este rotativo por más de 20 años, fue arrestada el 27 de junio de 2010, junto a su esposo Juan Lázaro (cuyo verdadero nombre es Mikhail Vasenkov), de 68 años y otras 8 personas, acusadas todas, por servir de agentes para un gobierno extranjero sin registrarse.

El 8 de julio, los 10 acusados fueron expulsados a Rusia. Tanto la casa como los dos autos de Peláez y su esposo fueron confiscados por el gobierno de los Estados Unidos como compensación y parte del acuerdo que firmaron para no cumplir tiempo en prisión.

Según los registros del condado de Westchester, la propiedad –que fue adquirida por Peláez en 1995 por $255 mil- fue vendida en nombre del gobierno de los Estados Unidos a Eli Ivri, bajo la condición de que la operación se efectuaría en su totalidad en efectivo.

Actualmente Peláez se encuentra viviendo en Moscú, y colabora como columnista en el periódico por Internet Noticias de Moscú, en la sección de internacionales.

Varios intentos por comunicarnos con Peláez o con algunos de sus dos hijos, que aun residen en el área de Nueva York, fueron infructuosos.

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