Advertencias de EEUU deben tener consecuencias

Apaciguar a los enemigos no funciona. Los dos más recientes presidentes de Estados Unidos, George W. Bush y Barack Obama, han tenido suspiros de apaciguamiento en su política exterior. Pero Obama ha llevado esa política más lejos y ha tratado de mejorar relaciones con China, Rusia y Cuba entre otros países que se consideran enemigos de los Estados Unidos. Sus esfuerzos en resolver con palabras las relaciones con estos países ha fracasado.

El ejemplo perfecto es el caso de Edward Snowden, acusado de espiar en las principales agencias de inteligencia del país. Snowden ha publicado documentos secretos que ponen en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos. Comenzó haciéndolo desde Hong Kong. Dijo que lo hacía por defender al pueblo norteamericano. Peo después entregó secretos a China que perjudicaban conversaciones bilaterales entre los presidentes de los dos países.

Snowden dijo que él tenía fe en el gobierno de Hong Kong, un protectorado de China. Pero cuando Estados Unidos pidió su extradición, los chinos dijeron que la petición tenía errores técnicos y le permitieron viajar a Moscú. El gobierno estadounidense se enojó con China, pero de poco le valió sus protestas.

Snowden lleva días en el aeropuerto internacional de Moscú, donde ha tenido cuidado de no hacer una entrada formal en Rusia. No importa, Vladimir Putin ya dijo que Snowden no ha cometido ningún crimen contra Rusia y que él no va a deportarlo a los Estados Unidos.

Una vez más los funcionarios del Departamento de Estado, del Departamento de Justicia y el propio Obama pidieron a Rusia que le devolviera a Snowden tal como Estados Unidos había hecho con pedidos del gobierno ruso. La respuesta no se hizo esperar. “Nyet”, dijo Putin.

Los más altos funcionarios norteamericanos también hicieron serias advertencias de que los países que no cooperaran con Estados Unidos pagarían cargo su decisión. No importa; nadie hasta ahora les ha hecho caso. Estados Unidos sigue siendo el malo de la película. Pero ya pocos respetan las amenazas de este país, porque pocas veces las hace valer.

Los aliados de Snowden dicen que el joven de apenas 30 años todavía no ha decidido en qué país buscará asilo como perseguido político. Ellos han hablado de Cuba, de Venezuela y de Ecuador. Este último es el favorito de los expertos ya que Rafael Correa, el presidente de Ecuador, es experto en buscarle las pulgas a los Estados Unidos.

Ya lo ha hecho con anterioridad. Julián Assange quien también divulgara papeles que también perjudicaron a Estados Unidos buscó refugio en la Embajada de Ecuador en Londres. Y de ahí no ha salido. No importa que el pedido de extradición venga de Suecia donde quieren juzgarlo por cargos de violación sexual. Ecuador lo protege porque dice que Suecia lo deportaría a Estados Unidos.

En el 2009 Correa expulso a los militares estadounidenses que utilizaban la base de Manta en la lucha contra la droga. Lo hicieron y Estados Unidos no respondió. Ya pocos les temen a los americanos.

El 31 de julio de es te año se vence el tratado que le da preferencias arancelarias a productos agrícolas de Ecuador, tales como las flores, espárragos, brócoli, y pescados como el atún.

Si Correa le concede asilo a Snowden en su país, Obama debe responder de forma simple: no vamos a reanudar el acuerdo arancelario. Esto le costaría a Ecuador miles de puestos de trabajo y demostraría que Estados Unidos ya no acepta que se burlen de sus leyes con impunidad.

(Por Guillermo Martínez/Guimar123@gmail.com)

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