Megacarretera en México unirá dos mares
Con 115 túneles y 65 puentes, una autopista cruzará por el norte del país, desde el Golfo de México hasta el océano pacífico.
La nueva ruta mejorará el "espinazo del diablo" paso de autopista conocido por los numerosos accidentes. Crédito: AP
Un tramo de cemento que parece una montaña rusa sobre una torre de alta tensión, que se interna y sale de la montaña hasta pasar sobre un desfiladero de 400 metros a través del puente de tirantes más alto del mundo, llamado Baluarte. Es la carretea Durango-Mazatlán, una de las obras de ingeniería más notables de México e incluirá 115 puentes y 61 túneles.
Será usada para transportar gente, cargamentos y mercaderías legítimas a través de una cadena de montañas conocida por la marihuana, amapolas que producen opio y una ruta donde abundan los accidentes llamada Espinazo del Diablo.
Quienes se oponen al proyecto dicen que la ruta de 230 kilómetros (140 millas) saben que tendrá un impacto positivo para el norte de México. Unirá los puertos del Golfo de México con el Pacífico en un viaje de apenas 12 horas y Mazatlán con San Antonio, Texas, en aproximadamente el mismo tiempo. La autopista será recorrida por 5 millones de vehículos al año, más de cuatro veces el tráfico que pasa por la antigua ruta, y una mayor cantidad de mercaderías de Asia dirigidas al interior de México y el sur de Estados Unidos.
Funcionarios de turismo del estado de Sinaloa pronostican una “explosión” de visitantes a Mazatlán, una ciudad muy golpeada por la violencia del narcotráfico en años recientes, ya que la autopista le dará a 40 millones de mexicanos del interior acceso fácil a las playas.
“Cambiará totalmente el paisaje de esta parte del país”, afirmó el secretario de Turismo Francisco Córdova. “Es una oportunidad de desarrollar estas áreas y de diversificar las economías locales”.
