Anthony Weiner y Eliot Spitzer son una distracción

Las elecciones deberían ser sobre ideas y asuntos, no sobre personalidades. Desgraciadamente, este año las elecciones primarias demócratas para la alcaldia y el consejo municipal se están convirtiendo en un espectáculo donde se habla más, por lo menos en la prensa, sobre escándalos, que sobre cómo crear buenos trabajos, mejorar nuestras escuelas y hacer de la Ciudad de Nueva York un mejor lugar para vivir, trabajar y criar a nuestros hijos.

Este show comenzó en mayo, cuando Anthony Weiner decidió entrar en la carrera por la alcaldía, con la mala fama resultante de su escándalo de “sexting” todavía fresca en la mente de todos. Ahora, Eliot Spitzer, un buen procurador general que, desafortunadamente, violó algunas de las leyes que debería hacer cumplir, y que no tuvo éxito como gobernador, está intentando ganar la contienda para contralor de la ciudad.

De la misma manera que nuestra unión cree que Christine Quinn es la mejor candidata para la alcaldía, debido a su exitosa trayectoria, nosotros creemos que Scott Stringer es el mejor candidato para contralor, gracias a su trayectoria como presidente del condado de Manhattan.

Stringer ha probado a través de los años que está enfocado en que se hagan las cosas y en luchar por los hombres y mujeres trabajadores de la Ciudad de Nueva York.

Stringer ha transformado la ocasionalmente adormilada oficina del presidente del condado en un organismo de defensa de los neoyorkinos comunes. Cuando la Universidad de Columbia quiso expandirse a Harlem, Stringer transformó el projecto de construcción en uno que garantizaba buenos trabajos y vivienda accesible para los residentes. Su bombardeo de reportes sobre escuelas sobresaturadas forzó a la ciudad a comprometerse a construir más escuelas en el bajo y alto Manhattan.

Stringer también ha apoyado, desde hace mucho, los derechos de los inmigrantes. El buscó el apoyo de la comunidad para la ley DREAM, creó un manual de derechos legales para inmigrantes, que fue el primero de este tipo, y produjo un manual de regreso a clases en tres idiomas, para ayudar a los padres a navegar el sistema de escuelas públicas, que frecuentemente resulta confuso.

En contraste, Spitzer mostraba un gran potencial e hizo muchas promesas cuando se convirtió en gobernador, pero no cumplió la mayoría de ellas, porque estaba más interesado en estar a cargo, que en trabajar en equipo y encontrar una solución. Él prometió otorgar a los inmigrantes indocumentados la habilidad de obtener licencias de conducir, pero falló. El, simplemente, no fue efectivo como gobernador y no lo será como contralor.

Éste trabajo requiere habilidades administrativas y la capacidad de trabajar con los demás, y Spitzer carece profundamente de estas aptitudes. Como gobernador, no pudo formar consensos y trabajar con las partes interesadas para aprobar leyes en los asuntos que más les importan a los neoyorkinos.

Ésta es la razón por la que nosotros, y prácticamente todos Los sindicatos, seguirán apoyando a Scott Stringer mientras realiza su campaña sobre asuntos e ideas, sin vanagloriarse y sin acaparar titulares por el gusto de estar en los titulares. Él es, simplemente, la persona idónea para el puesto.

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