Heridas abiertas
Familiares de muertos a manos de policías se congregan en Anaheim para exigir justicia
Cientos de activistas y familiares de Manuel Díaz, José Trinidad, Joel Acevedo, Ernest Duenez Jr. y otros que perdieron la vida en encuentros con agentes de policía llegaron ayer domingo a Anaheim desde Sacramento, San Francisco y otras localidades para pedir justicia.
A la protesta en contra del abuso y violencia policial se le sumó la causa de Trayvon Martin, cuya muerte ha sido motivo de marchas y manifestaciones alrededor del país en la última semana.
Uno tras otro, familiares de jóvenes que murieron en encuentros policiales compartían sus historias. “Le dispararon a mi cuñado siete veces cuando tenía las manos en alto, detrás de la nuca”, contó Rita Alaniz, cuñada de José Trinidad, quien falleció el año pasado en Compton.
Alrededor de 200 activistas, familias con niños y personas de distintas razas y edades se reunieron frente al Ayuntamiento de Anaheim con pancartas, vistiendo camisetas con las fotos y nombres de las víctimas. Entre las organizaciones estatales y nacionales se encontraban Answer.org, Brown Berets (Boinas marrones) y Organización de Mujeres.
“Desgraciadamente el abuso y la violencia policial ocurren en todas partes”, dijo Steven Payan, de las Boinas Marrones, quien llegó de Sacramento para mostrar solidaridad con las familias.
“Nunca voy a renunciar a mi lucha para que se haga justicia. A mi hijo le dispararon por la espalda y nunca le encontraron un arma”, aseguró Genevieve Huizar, madre de Manuel Díaz, el joven que murió un año atrás, en un encuentro con el Departamento de Policía de Anaheim. Tony Rackauckas, fiscal del condado de Orange, determinó que los disparos hechos por el agente Nick Bennallack fueron justificados, porque sintió que su vida estaba en peligro.
“Ahora quieren hacer ver que Manuel estaba en pandillas y que era un mal muchacho, pero nada de eso es verdad”, aseguró Humberto Guizar, abogado de la familia.
Tanto Huízar, como Donna Acevedo madre de Joel Acevedo, el joven de 21 años que falleció un día después de Manuel Díaz, también en un encuentro con fuerzas policiales de Anaheim aseguraron que sus vidas cambiaron para siempre tras la muerte de sus hijos.
“Más allá del terrible dolor que es para una madre que pierde a su hijo, la tragedia hizo que me convirtiera en una activista. Desde la muerte de mi hijo voy a marchas, vigilias y protestas cada semana”, aseguró Huízar.
“Dicen que mi hijo disparó, pero nunca le encontraron pólvora en sus manos. Hubo una testigo, pero su testimonio fue desestimado”, relató Acevedo, madre de Joel. Desde la tragedia, Acevedo comenzó a asistir a las reuniones del Ayuntamiento y a participar en campañas para promover la participación electoral.
“La única manera en que algo cambie en Anaheim es que cambien los concejales” aseguró Acevedo. “Todo lo que les interesa a los concejales de Anaheim es Disney”, señaló. “Dicen que no hay dinero para la ciudad o para programas, pero le dan incentivos y exenciones de impuestos a todos los hoteles que quieren venir a Anaheim”.
La protesta transcurrió de manera pacífica y con poca presencia policial visible. Hasta la hora del cierre de edición, no se habían reportado arrestos ni incidentes.
“No pasa un solo día sin que no sienta el dolor de la muerte de mi hijo”, aseguró Rosemary Duenez. Su hijo, Ernest Duenez, Jr. murió en junio de 2011, en Manteca, condado de San Joaquín, cerca de Stockton. “Le dispararon 13 veces”, contó Duenez.
“Dijeron que el policía se había sentido amenazado, pero eso no es verdad. Hay un vídeo que lo prueba”, aseguró el padre, Ernest Duenez, Sr.
La familia se encuentra actualmente en la corte. “Yo querría que el jurado lea el reporte del agente John Moody y vea el vídeo de lo que realmente pasó. Cualquiera se puede dar cuenta de que el oficial está mintiendo”, agregó el padre.
El video del incidente puede verse en http://www.youtube.com/watch?v=LhnY17F_eiQ.
“Hay un largo camino por recorrer, pero de a poco van saliendo a la luz más y más casos”, dijo Acevedo, citando como ejemplo el caso de Kelly Thomas, un joven con esquizofrenia que murió en Fullerton, luego de un incidente con agentes de policía. “Nadie debería estar por encima de la ley”.