Multitud recibe al Papa en Río de Janeiro

Recorrió en un papamóvil abierto en los laterales las calles del centro de la ciudad

El Papa Francisco saluda a cientos de peregrinos desde el papamóvil  por una vía de Río de Janeiro (Brasil).

El Papa Francisco saluda a cientos de peregrinos desde el papamóvil por una vía de Río de Janeiro (Brasil). Crédito: EFE

Río de Janeiro/AP — El Papa Francisco llamó a jóvenes y peregrinos a difundir el mensaje de evangelización que caracteriza a la Jornada Mundial de la Juventud después de recorrer las calles de esta ciudad.

Las mismas fueron invadidas por miles de personas, mientras los escoltas papales intentaban mantener a distancia a una multitud emocionada que trataba de abalanzarse sobre el papamóvil y otros corrían tras el vehículo y luego decían “lo vi”.

“He venido para encontrarme… para encontrarme para encontrarme con jóvenes venidos de todas partes del mundo, atraídos por los brazos del Cristo Redentor”, dijo Francisco. “Quieren encontrar un refugio en su abrazo, justo cerca de su corazón, volver a escuchar su llamada clara y potente: ‘Vayan y hagan discípulos a todas las Naciones'”.

“Vayan y hagan discípulos; vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible y creen un mundo de hermanos y hermanas”, agregó. “Pero también los jóvenes tienen confianza en Cristo: no tienen miedo de arriesgar con él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados”.

Hablando en portugués, el pontífice pidió permiso para entrar a Brasil y estar la próxima semana en el país.

Es la primera vez que Francisco, de origen argentino, vuelve al continente que lo vio nacer, desde su elección como papa en marzo.

Cuando viajaba de Roma, el Papa expresó su preocupación por las generaciones de jóvenes que crecen sin trabajo en una economía mundial en recesión.

Un llamado que debió debía haber resonado en la multitud gigantesca de jóvenes que esperan la celebración de una misa papal en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, y en otras ceremonias que Francisco va a presidir en su visita de siete días en Brasil, la nación con más católicos del mundo.

Durante su estancia, el papa de 76 años, se reunirá con muchedumbres de jóvenes católicos que vienen a la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Se espera que más de un millón de personas asistan y abarroten las arenas blancas de Copacabana cuando celebre una misa en el lugar.

El Papa comenzó la jornada recibido por una multitud frenética que se abalanzó sobre el automóvil que lo llevaba al lugar donde lo esperaba un papamóvil sin blindaje, que minutos más tarde lo llevo por un recorrido más organizado por el centro de la ciudad.

Los fieles se acercaron al vehículo mientras escoltas de seguridad del Vaticano empujaban a quienes se abalanzaban al vehículo. Entre tanto, había gente que corría en las aceras tratando de ver al papa al interior del carro.

En una parte del trayecto, el vehículo se detuvo y el Papa llamó a una mujer con un niño en brazos. Luego sostuvo al menor por un momento.

Siguió su camino pero, por momentos, el automóvil navegó en la mitad del tráfico de la ciudad, con tres carriles exclusivos reservados para la movilización papal, pero rodeados por dos hileras de fieles a ambos lados del Fiat que continuaban abalanzándose hacía el vehículo mientras eran retirados por la escolta papal.

Luego, Francisco fue transferido al papamóvil que lo llevó por el centro de la ciudad en medio de las ovaciones de millares de peregrinos que se concentraron a ambos lados de la calle principal.

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