Problemas con transporte unen comunidades en NYC
La coalición Transit Forward se creó para exigir la restauración de los servicios de autobuses que se eliminaron o recortaron en 2010
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El grupo pidió el arreglo de la línea B37, que une el Barclays Center de Brooklyn con el vecindario Bay Ridge en la Tercera Avenida. Crédito: Cortesía / Transit Forward
Nueva York — Desde que en el 2010 la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) decidió implementar recortes que afectaron a 137 líneas de autobuses de la Ciudad de Nueva York, la presión popular, sumada a la ayuda de organizaciones y políticos, ha logrado que se restablezcan varios de los antiguos servicios.
Una de las últimas campañas que demostró ser exitosa es la emprendida para restaurar la línea B37, que une el Barclays Center de Brooklyn con el vecindario Bay Ridge por la Tercera Avenida, que volverá a operar después de tres años.
Prácticamente desde que se anunció el cese de servicio de la ruta, una coalición de residentes, comerciantes, políticos y sindicalistas de la zona se unió para pedir su rehabilitación.
“Empezamos recibiendo quejas de residentes de Sunset Park y nos pusimos en contacto con políticos y grupos sindicales locales”, dijo Murad Awawdeh, representante de UPROSE, la organización comunitaria latina más antigua de Brooklyn, que puso en marcha el grupo. “En cuanto la gente vio que había personas trabajando por arreglar el servicio, más y más personas se comprometieron y la coalición acabó abarcando a residentes de toda la antigua ruta del B37”.
Bajo el nombre “Restore the B37 Coalition“, organizaron manifestaciones y escribieron cartas al gobernador Andrew Cuomo y a Joseph J. Lhota, entonces presidente de la MTA.
En las misivas argumentaban que la B37 era la única línea de autobús que operaba próxima a las escuelas, programas extraescolares, centros de envejecientes y, especialmente, al Lutheran Medical Center, el principal proveedor de servicios médicos y sociales del suroeste de Brooklyn.
La activista comunitaria puertorriqueña Elizabeth Yeampierre participó en varias de las movilizaciones para pedir la restitución del servicio. Esta destacó la importancia de tomar otros pasos antes de lanzarse a las calles para este tipo de reivindicaciones.
“Hacer mucho ruido no siempre es la primera opción de respuesta”, expresó Yeampierre. “Lo primero que hay que hacer siempre son llamadas, enviar cartas y actuar con la debida diligencia para conseguir que se haga justicia. El ruido es el último recurso”.
La presión de los participantes contribuyó a que el senador estatal Martin Golden y el concejal Vincent Gentile demandaran a la MTA basándose en que la comunidad necesitaba el servicio por la falta de estaciones de metro con ascensores, lo que perjudicaba a los envejecientes y discapacitados para moverse por el condado.
A finales del mes pasado, la junta directiva de la autoridad votó a favor de que se restablezca el programa, que volverá a operar en algún momento del 2014.
“Estoy contentísimo que después de tres años organizando actos entre toda la comunidad, por fin hemos recibido la recompensa”, declaró John Samuelsen, presidente del sindicato TWU Local y uno de los miembros de la alianza. “Esto demuestra lo que el trabajo y la construcción de una coalición comunitaria pueden conseguir”.
La presión también sirve para que no se introduzcan cambios en las ya existentes, como se ha demostrado con la M60, que atraviesa la calle 125 de Manhattan de este a oeste. La agencia planeaba convertir esta línea en un servicio expreso para llegar más rápido al aeropuerto de LaGuardia, pero finalmente detuvo los planes.
“Todavía existen preocupaciones sobre el proyecto por parte de las juntas comunitarias y los políticos electos”, anunció, por su parte, la MTA a través de un comunicado.