Plan impulsaría compra de casas

En un foro cibernético ayer, Obama insistió que reforma inyectaría millones a economía

WASHINGTON — El presidente Barack Obama insistió ayer en que si el Congreso aprueba una reforma migratoria que incluya la naturalización para 11 millones de inmigrantes sin papeles resultaría en una inyección multimillonaria a la economía estadounidense principalmente porque muchas familias adquirirían vivienda.

Al responder preguntas del público durante un videochat dedicado a la reforma del sector hipotecario, Obama hizo una mención a la reforma migratoria como “un tema que no parece estar relacionado, pero lo está”.

“Si logramos la reforma migratoria, súbitamente tendremos todo tipo de familias saliendo de las sombras, pagando impuestos, pagando multas, pero también muy probablemente comprando viviendas y con frecuencia en algunos de los vecindarios que tuvieron más remates hipotecarios”, dijo el mandatario durante la transmisión moderada por Spencer Rascoff, gerente general del sitio web zillow.com dedicado a la venta de bienes raíces.

Las personas que se legalizarían con una reforma migratoria “agregan valor a la comunidad, incrementan el valor de la propiedad y esa es una de las razones por las cuales se estima que la reforma migratoria traería $3,000 millones a la economía, principalmente porque estarían comprando casas”, agregó.

Durante el discurso pronunciado la víspera en Phoenix sobre la reforma del sector hipotecario, Obama exhortó a la audiencia a “que animen a los republicanos en la cámara de representantes a que dejen de arrastrar los pies”, refiriéndose a la renuencia de la mayoría republicana a debatir el proyecto de ley aprobado por el Senado en junio.

Muchos republicanos no solo discrepan con la idea de legalizar a personas que permanecen en territorio estadounidense violando las leyes migratorias, sino que han expresado temor de que la legalización de 11 millones de personas pueda acentuar la tasa de desempleo del 7% que actualmente registra la fuerza laboral estadounidense.

Obama se refirió a la reforma migratoria horas después de que uno de los principales protagonistas en el Senado expresara su confianza de que pueda convenirse un acuerdo con la Cámara de Representantes.

“Preferiríamos mucho más el proyecto amplio, pero nos parece bien cualquier vía por la que la Cámara de Representantes lo apruebe”, dijo el senador demócrata Chuck Schumer en una entrevista a CNN. “Las cosas avanzan en la dirección correcta”.

Propulsores de la reforma migratoria planean eventos en numerosos distritos electorales durante el actual receso veraniego que culminará la segunda semana de septiembre, con la intención de persuadir a legisladores escépticos a que voten a favor de una reforma migratoria que incluya la opción de la naturalización para los inmigrantes sin papeles.

La intervención de Obama siguió a su discurso del martes, en el que planteó la necesidad de simplificar las regulaciones actuales para disminuir la frecuencia con que los bancos rechazan préstamos a familias que reúnen los requisitos establecidos por el gobierno federal para obtenerlos, un obstáculo que aqueja de manera especial a los hispanos pese a las señales de recuperación exhibidas recientemente por el sector de la construcción.

La insistencia de los bancos en solicitar en promedio una cuota inicial de 20% del costo total del inmueble es el principal obstáculo que enfrentan los hispanos para aprovechar las bajas tasas de interés, ya que resulta un monto inaccesible para muchas familias hispanas.

Apenas 46% de los hispanos poseían vivienda en 2012 respecto al 73% de los caucásicos, según un estudio reciente del Consejo Nacional de la Raza y el Centro para el Progreso Estadounidense.

El mensaje central del discurso de Obama consistió en plantear la reforma del sistema al clausurar los bancos hipotecarios estatales Fannie Mae y Freddie Mac —que el gobierno federal rescató en 2008 por $187,000 millones— con la meta de preservar la oferta de hipotecas a 30 años con interés fijo y de evitar la creación de otra burbuja hipotecaria como la que desató la recesión global en 2006.

El discurso en Phoenix formó parte de una serie de alocuciones previstas durante el mes de agosto sobre política económica, cuya meta es preparar el terreno para las negociaciones sobre el incremento al tope de la deuda pública y el financiamiento del gobierno federal que consumirán al Congreso cuando reinicie sus actividades en septiembre tras un receso veraniego de cinco semanas.

Los republicanos en el Congreso han discrepado públicamente con los planes de la Casa Blanca en ambos asuntos.

Obama ha pronunciado discursos económicos con aires a campaña electoral en Tenesí, Florida y Misurí, en los que abogó por fuentes de financiamiento para infraestructura, una reducción en el costo de préstamos para la educación superior y una reforma al sistema tributario. El presidente demócrata también ha acusado a los republicanos de no hacer suficiente para apoyar a la clase media estadounidense.

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