Raúl González celebra trayectoria con nuevas metas

Tres alarmas son las fieles acompañantes de Raúl González.

Con estas es como el conductor se despierta en las madrugadas para co-conducir el show Despierta América. En éste, lleva 11 años laborando y divirtiéndose como un niño dándole vida a la irreverente Doña Meche, al imprudente taxista cubano Albertico, como miembro de Chicho y Nano, o simplemente siendo él mismo.

“Creo muchísimo en la ley de la siembra y la cosecha. En mi país inicié a los cinco años y empecé a sembrar y a prepararme. Puedo decir que en la vida, uno nace con una pasión que se convierte en una profesión y eso va ligado a la ambición. Son los tres ‘sión’ de mi vida”, dijo contento el presentador venezolano a La Opinión vía telefónica desde Miami.

Pero este año, en el que celebró 36 años de carrera el 18 de julio, espera que su lema se haga más realidad que nunca.

“Este es un año clave para mí. De emprender nuevas metas, nuevos proyectos. Hay un dicho, que yo lo comparto con la gente, que dice: ‘el pasado es historia, el futuro es un misterio, el hoy es un regalo y por eso lo llaman presente’. Así llevo mi vida: un día a la vez. Hay muchas cosas por hacer, que están tocando la puerta y creo que muy pronto se van a dar… no quiero decir lo que viene, pero lo que viene… ¡amén! Es muy importante y desde ya estoy celebrando”, dijo sin aclarar si dentro de estos está conducir Sábado Gigante, que por 50 años ha conducido Don Francisco o Mario Kreutzberger, pero que ha tenido a presentadores como él de invitados en lo que podría ser una etapa de transición.

La gran noticia de su próximo proyecto la espera dar en alrededor de cinco meses.

Pero González todavía recuerda lo que él considera su inicio en el mundo del entretenimiento.

“Estaba participando en un acto de fin de cursos de mi escuela y ahí estaba uno de los productores de televisión más famosos de mi país, que desafortunadamente ya falleció, y él le preguntó a mi mamá: ‘¿quiénes son los padres de este niño?. [Ellos contestaron] ‘Nosotros’. Y [él preguntó]: ‘¿ustedes creen que él quiera trabajar en televisión?’. Ellos me preguntaron y yo dije ‘sí’. Desde ese día yo no me he bajado de una tarima, sea en el teatro, en la radio, en la tele, en la cantada, siempre he estado ligado a la industria”, aseguró.

Incluso, compartió que cuando se mudó a este país entretuvo al público como mejor podía.

“Recién llegado a este país, era muy difícil, aún no tenía papeles, de la manera que yo tenía de acercarme y seguir en la carrera… yo canté durante casi cinco años en el local nocturno más famoso de la playa, aquí en South Beach, que se llama Mambo’s Tropical Café”, dijo.

“Y ya con mis papeles empecé a trabajar en la tele, en el área de producción. No, no, yo he hecho de todo en la vida”, añadió entre risas el ex presentador de La Gran Aventura de la cadena de cable Discovery Kids Latin America/Iberia.

Aunque ahora la vida le sonrié por ser parte de la televisora de habla hispana más vista del país y cuya sintonía sigue creciendo entre la población general, no olvida su travesía.

“No fue nada de fácil. Es un medio que como cualquier otra requiere de entrega, respeto, pasión, motivación y al no estar en nuestros países la cuota es mucho más fuerte, ¿no? Estoy feliz de la vida porque son 36 años de alegría,de aprendizaje, de lecciones”, dijo.

Pero también demostró que sabe diversificarse y prepararse para los cambios repentinos de esta industria.

“Univision no es lo único que hago. Yo tengo un restaurante italiano [en Miami desde el 2010], tengo una compañía productora con la que hacemos teatro en español y tengo varios proyectos a futuro”, dijo el productor de obras como Los monólogos de la vagina, Gordura de mi vida y Visa para un sueño, que él escribió.

El también locutor de radio de programas como Las tardes calientes y Sobre ruedas, por ahora, se ha alejado de esta faceta por la agenda ocupada que tiene.

A la hora de hablar de sus logros, el primero lo tiene muy claro.

“Mi primer éxito fue haber nacido”, dijo sin titubear explicando que su mamá sufrió cuatro abortos involuntarios por una enfermedad que tenía llamada toxoplasmosis.

“Creo que pasó para poder agarrar al toro por los cuernos. Y lo mejor está por venir”, agregó asegurando que “la buena actitud es la única que se puede tener en la vida” y que justamente con esa aunado a su fuerza de voluntad pudo bajar las libras de sobrepeso que tenía.