Un lugar para estudiar

Cuando en el salón de clases la maestra dicta la asignación, el objetivo inmediato es que los alumnos practiquen y refuercen en casa lo que aprendieron en las lecciones; sin embargo, la asignación es importante por otras razones y como padre puedes propiciar el espacio, momento y ambiente idóneo para que no se convierta en una carga para tus hijos.

La asignación puede ser una experiencia que más allá de redituar en una boleta con buenas calificaciones. Puede formar el carácter de tus hijos y proveerlos de habilidades que le servirán a futuro, como responsabilidad, autonomía, perseverancia, administración del tiempo, iniciativa, confianza propia e ingenio.

Maestros y psicólogos coinciden en que las características físicas del lugar destinado a hacer la tarea son muy importantes. Por eso, si todavía no le ha facilitado uno a sus hijos, es importante que lo haga en el primer trimestre del año escolar.

La cama no es un lugar apropiado para hacer la tarea porque el niño no puede mantenerse en una postura correcta y porque es el lugar donde duerme.

Laura Ruiz, psicóloga con experiencia en atención a niños, aconseja que el lugar para hacer la tarea sea un espacio libre de distracciones, tranquilo, bien iluminado y ventilado.

“Tiene que estar muy alejado de la televisión, de los juguetes y de la cama para evitar la distracción. Tiene que ser un espacio iluminado, cómodo y amplio para que el niño pueda dejar ahí todos sus libros abiertos, sus libretas, lápices y todo lo que necesite“, apunta.

Cuando se trata de niños pequeños de pre-escolar o primaria, la especialista recomienda que se les designe una mesa y se les permita decorarla como prefieran y procurar que elaboren sus propios materiales como portalápices para que se identifiquen con su espacio.

Además considera que es importante destinar un lugar y un horario para hacer la tarea y no cambiarlo, de modo que el niño se cree un hábito y no piense que se trata de un castigo.

“El niño debe ubicar perfecto cuál es el espacio para hacer su tarea y en qué horario específico, eso le crea una costumbre”, detalla.

Añade que es importante que los niños tengan un horario fijo.

“Si llega un niño de la escuela y de repente ya lo dejas que se ponga a ver la televisión, que se duerma un rato, que se vaya a jugar y en medio de eso le dices que tiene que hacer la tarea se convierte en un castigo para él, en algo muy incómodo que no le gusta hacer”, explica.

La educadora Patricia Cañizo apunta que la tarea está diseñada para reforzar lo aprendido en clase y, por lo tanto, los niños deben ser capaces de hacerla sin ayuda.

“Lo normal es que los niños puedan realizar su tarea por sí mismos. Nosotros les podemos proporcionar los recursos, el lugar, la información, los libros y finalmente si algo no entienden claro que podemos responder sus preguntas, pero la idea de la tarea es que los niños deberían poder hacerla de forma autónoma”, explica.

Respecto del uso de la tecnología, la especialista considera que puede ser una herramienta que fomente el aprendizaje y facilite la elaboración de la asignación siempre y cuando los contenidos sean adecuados para la edad y el desarrollo del niño.

“No podemos negarles el acceso a la tecnología porque forma parte de sus vidas, pero lo que sí tenemos que hacer es orientarlos en el uso de acuerdo a sus edades y a sus necesidades”, dice.

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