A un año de DACA: medio millón de ‘dreamers’ sigue en las sombras

No han solicitado acogerse al plan de Acción Diferida por el alto costo, la falta de información y sentir que merecen más

Jorge Tume, un inmigrante peruano que llegó  a Estados Unidos a los 12 años,  recibió en  octubre la aprobación de  la Acción Diferida.  Ahora, Tume trabaja en la misma empresa donde sus padres laboran haciendo limpieza.

Jorge Tume, un inmigrante peruano que llegó a Estados Unidos a los 12 años, recibió en octubre la aprobación de la Acción Diferida. Ahora, Tume trabaja en la misma empresa donde sus padres laboran haciendo limpieza. Crédito: ap

WASHINGTON, D.C. — Hace exactamente un año que el plan de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) se convirtió en una opción para sacar de las sombras a 1.9 millones de jóvenes indocumentados… al menos por dos años.

Fue una noticia que revolucionó a la comunidad inmigrante luego de que, por varios meses, los jóvenes utilizaron todas las herramientas disponibles para presionar al presidente Barack Obama cuando faltaban menos de tres meses para las elecciones de 2012, y el gobierno decidió arriesgarse.

Ahora, con DACA, más de medio millón de jóvenes ya no están en riesgo de deportación, cuentan con permisos de trabajo, licencias de conducir en la mayoría de los estados y en algunos pueden pagar matrículas estatales para las universidades públicas.

Pero esa cifra es apenas la mitad (49%) del total de jóvenes inmigrantes en el país que califican para DACA, de acuerdo con los datos del Instituto de Política Migratoria (MPI).

Se supone, por ejemplo que 1.1 millones podrían presentar sus papeles ahora mismo, es decir un 57% del total, pero de acuerdo a cifras del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) hasta junio de este año, 537,662 habían recibido acción diferida, mientras 19,750 han sido rechazados.

En tanto, un 21% sería elegible en el futuro y un 22% no cumple con los criterios educacionales. USCIS aseguró que en promedio las solicitudes demoran al menos seis meses en procesarse.

Barreras como el costo ($465), acceso a educación e información se han convertido en los obstáculos principales para los postulantes.

Según el MPI estima que un 35% de los jóvenes que serían elegibles para DACA viven en familias que tienen un ingreso por debajo del nivel de pobreza.

Entidades como Mission Asset Fund, tienen un programa que ayuda con préstamos accesibles a los jóvenes que deseen postular, pero eso no ha es suficiente.

“El dinero sigue siendo una de las barreras más importantes. Hay familias con dos ó tres hijos que califican, pero no pueden financiarlo. Otro problema son los jóvenes que dejaron la escuela para trabajar, los estamos ayudando a explorar sus opciones”, explica Cristina Jiménez, directora ejecutiva de United We Dream. “Las zonas más rurales siguen siendo un problema para el acceso”.

Rosa, quien fue traída a Estados Unidos a los cuatro años, procedente de Cuernavaca, México, simplemente no considera que DACA es una respuesta adecuada para resolver sus situación migratoria y optado por no solicitarla.

“No postulé a DACA porque para mí es una cachetada en la cara, creo que merezco más que dos años esperando y sin saber qué pasará después. He estado acá por tanto años, por qué exponerme y hacerles saber que vivo aquí. Para mí no vale la pena el riesgo”, afirma la joven, cuya familia se mudó al área norte de Portland después de haber trabajado cinco años en el campo.

“Sería una buena opción si hubiera un Dream Act, si pudiera obtener residencia permanente, ciudadanía. Quiero algo que valga la pena el riesgo, dinero y tiempo. Dos años no me van a ayudar. Ya me eduqué, tengo trabajo en un restaurante. No me dará nada”, afirma la joven.

Jiménez sostiene que se necesita aún mucha orientación sobre las ventajas de DACA.

Entre los meses de agosto a octubre de 2012 la mayoría de las organizaciones concentraron sus esfuerzos para asesorar a las personas interesadas. Además, contaron con un ejército de voluntarios dispuestos a desvelarse en clínicas y foros comunitarios. Pero ha sido un desafío mantener ese ritmo.

” Ha sido un esfuerzo de cooperación enorme entre organizaciones, sindicatos, iglesias, etc., pero todavía tenemos mucho trabajo por delante. Por ejemplo, Texas y California que concentran la mayor cantidad de aplicantes, necesitan más orientación”, dijo.

En adelante organizaciones como United We Dream planean enfocarse en reforzar la orientación al público en estados como California, Texas, Arizona y Florida.

Además, en conjunto con otras organizaciones como AILA, lanzarán una nueva aplicación para teléfonos celulares llamada “Pocket DACA”, donde los interesados podrán encontrar información relevante.

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain