Jugadores mexicanos pierden el piso
Los recientes ‘caprichitos’ de algunos jugadores mexicanos de calibre de la selección nacional son desalentadores porque queda en evidencia que el futbolista mexicano todavía pierde el piso demasiado rápido.
La renuncia de Carlos Vela al Tri es el ejemplo de un jugador que, en mi humilde opinión, le tiene miedo a la presión y compromiso que viene cuando se viste con la playera verde. Pero no es el único porque ahora resulta que el guardameta Guillermo Ochoa del Ajaccio de Francia exige la titularidad para venir a jugar con la selección mexicana.
El portero tiene que ser el líder, transmitir confianza, unir a al grupo y ser un ejemplo, pero Ochoa evidentemente no cuenta con estas características. Decir que si no es titular no viene es falta de respeto a todos sus compañeros. Y no se le diga al arquero titular, que en este caso es Jesús Corona, porque Ochoa con este comportamiento manda el mensaje de que se siente mejor que el portero del Cruz Azul. Para ser un líder primero hay que aprender a seguir y poner al equipo antes de los propios intereses personales.
No es una casualidad que Memo no ha podido ganar la titularidad. No la ganó con ‘Chepo’ y tampoco fue capaz de lograrla con otros entrenadores. Algo no convence a los estrategas para entregarle la portería al exjugador del América.
Donde sí es titular Memo es en los comerciales de televisión. Allí se le vendió la imagen al público de que es el héroe del equipo. Alguien le vendió a los patrocinadores la noción de que Ochoa iba a ser el guardameta titular sin duda alguna, algo que resultó ser una gran mentira. Bien hecho por ‘Chepo’ por no ceder a las presiones y por alinear al portero que él cree que es el mejor para defender el arco mexicano.
Junto a Ochoa y Vela coloco a Marco Fabián del Guadalajara y a Jesús ‘Tecatito’ Corona, ahora de Monterrey, que con sus actitudes le faltan al respeto a sus clubes, compañeros y afición. Yo no digo que no luchen por sus ambiciones de triunfar en el extranjero, pero no es necesario hacerlo con ‘caprichos’, engaños y amenazas.
