‘Sueño latino’ se amalgama con el de Martin Luther King Jr.

Lucha de los inmigrantes se hace sentir en la Conmemoración de la Marcha en Washington

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Crédito: ap

NUEVA YORK — La defensa del derecho al voto, la aprobación de una reforma migratoria con vía a la ciudadanía, y la lucha contra la discriminación, fueron los temas que más mencionaron los latinos durante la conmemoración del 50 aniversario de la histórica Marcha en Washington por los derechos civiles, donde Martin Luther King Jr. pronunció su histórico discurso “Yo tengo un sueño”.

Para la peruana Susan Quiñónez, quien vivió en carne propia lo que es ser indocumentado cuando en 1985 cruzó la frontera con México “no hay excusa para que aprueben la reforma”.

“Yo vivo en Virginia, me hice ciudadana en 1995 y vine a la conmemoración de los 50 años para darle mi apoyo con mi presencia a esos millones de indocumentado que ahora viven lo que yo viví”, dijo Quiñóñez, quien tiene una hija de 20 años universitaria. “Los inmigrantes vienen a trabajar, y aportan a este país igual que los ciudadanos”, señaló.

El estudiante de Ciencias Políticas Guillermo Creamer, de 18 años, quien vive en Boston y es de padre peruano y madre chilena, consideró que todavía el sueño de Martin Luther King no se ha cumplido.

“Todavía falta tiempo para que todo el mundo, ya sea hispano, negro, chino, gay, tengan igualdad de oportunidades”, dijo el joven. “Y en eso podría ayudar mucho una reforma migratoria”.

Entre los latinos que les tocó dar un discurso a la sombra del Lincoln Memorial estuvo Dolores Huerta, líder laboral y activista de los derechos civiles que, junto con César Chávez, co-fundó la Unión de Trabajadores Agrícolas de los Estados Unidos.

Huerta le recordó a la multitud que Martin Luther King le pedía a la gente que regresara a sus comunidades a trabajar para que se hiciera realidad su sueño de igualdad, y con una voz entusiasta Huerta hizo hablar español a la multitud pidiéndole que gritara: “¡Sí se puede!”.

Como lo hicieron hace medio siglo, los hispanos dejaron escuchar sus voces durante la conmemoración del 50 aniversario de la histórica Marcha, que culminó con un discurso del presidente Barack Obama en frente la Lincoln Memorial.

Desde temprano en la mañana la multitud se concentró frente al Monumento a Washington, muchos cubiertos con sombrillas para cubrirse de la constante lluvia, y otros portando carteles que decían: “Protejan el derecho al voto”, y “Más empleos y justicia social”. Luego pasaron por los puestos de seguridad y entraron al área del evento, denominado Let Freedom Ring (Que Repique la Libertad) realizado frente el Lincoln Memorial.

En la multitud, que aunque no tan numerosa como la de hace 50 años ocupó toda el área del National Mall, se escuchaban cantos y otros elevaban voces de protestas.

Entre los que pedían protección al voto, reforma migratoria integral con vía a la ciudadanía y fin a la discriminación, estaba Juanita Rivera, de 87 años, y su hijo Francisco Solá, de 56, quien vino en representación de la entidad que preside en Riverside, California, el Latino Voter Registration Project.

“Yo traje a mi madre, quien está en silla de ruedas, a apoyar el 50 aniversario de la Marcha en Washington que fue decisiva en la lucha contra la discriminación racial, que no sólo afectaba a los afroamericanos sino también a los latinos”, dijo Solá.

“Mi mami me cuenta que cuando ellos llegaron en los años 1950 a Nueva York no podían vivir en cualquier parte porque había discriminación”, señaló. “Y gracias a las luchas por los derechos civiles de Martin Luther King, la historia es diferente”.

Solá dijo que en California hay muchas ciudades donde están cambiando las reglas del juego para limitar el voto de las minorías, “por ejemplo cambiando la fecha de las votaciones y cancelando el periodo de votación temprana”.

“Y por eso he venido aquí, para que se proteja el voto, que fue uno de los logros de los movimientos y marchas que encabezó el Dr. King”, dijo Solá.

Juanita, por su lado, dijo que pidió estar en la marcha porque le agradece mucho a Martin Luther King, “porque en la época en que él luchó por los derechos civiles y la igualdad, a mí me decían en mi comunidad que no hablara español”.

“Vine porque quiero que mis nietos y mis biznietos tengan un mejor mañana y no padezcan la discriminación que padecimos nosotros”, dijo Juanita.

Uno de los participantes fue el dreamer Jesús Cordero, de 18 años, estudiante de Nueva York que está bajo el programa de Acción Diferida, el cual lo protege provisionalmente de ser deportado y le concede permiso de trabajo. Más de 430,000 jóvenes han recibido la acción diferida desde que se aprobó hace un año, según reveló la Casa Blanca.

“El Dr. King dijo en su discurso Yo tengo un sueño: ‘Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial’”, dijo Cordero, quien fue traído por sus padres mexicanos por la frontera de Arizona cuando él tenía tres años de edad. “El sueño del Dr. King pervive aún en los 11 millones de indocumentados que viven en la sombra y que quieren salir a la luz con una reforma migratoria que asegure la unidad familiar, el fin de las deportaciones, y un camino rápido a la ciudadanía”, señaló.

La ley de reforma migratoria que legaliza a millones de indocumentados y ofrece una vía para obtener la ciudadanía fue aprobada en junio por el Senado, de mayoría demócrata, y está pendiente de ratificación en la Cámara de Representantes, de mayoría republicana.

Algunos legisladores conservadores han mostrado ya sus reticencias a una reforma integral y han expresado su preferencia por la posibilidad de otorgar sólo un estatus legal, y supeditar cualquier avance a que se blinde la frontera para frenar la llegada de nuevos inmigrantes.

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