Obama se cubre con el manto realista en Siria

Como un buen profeta del liberalismo, el presidente Barack Obama creyó que la Organización de las Naciones Unidas podía resolver el problema de Siria a través del compromiso y la voluntad política.

En un “Estado de Naturaleza Mundial” nada de lo anterior se puede lograr sin la intervención de los Estados.

Thomas Hobbes, autor del Leviatán, nos recuerda que el ser humano es egoísta por naturaleza. La función del individuo dentro del supuesto Estado de Naturaleza es acaparar más poder, dominar a la gente, vivir en constante conflicto y hacer lo inimaginable para sobrevivir.

Asimismo, Hobbes nos explica que por miedo a la autodestrucción, la gente del Estado de Naturaleza decide hacer un Pacto Social, el cual les permite sobrevivir y crear lo que hoy es conocido como el Estado nación y la sociedad civil moderna.

Para hacer cumplir lo pactado, la gente del Estado de Naturaleza nombra un gobierno o un soberano (reyes absolutistas de los siglos XVI y XVII y XVIII) que se encargará de hacer cumplir las leyes de la nueva sociedad civil. Dichas leyes marcan el nacimiento del derecho positivo o el derecho de la gente.

Por su parte, las leyes divinas (los diez mandamientos, por ejemplo) pasan a formar parte del ámbito idealista y se contraponen a las leyes de la nueva organización social moderna.

De acuerdo con la corriente realista en la rama de las Relaciones Internacionales, el mundo –haciendo alusión al análisis de Thomas Hobbes— es un escenario “real” en donde prima y manda el Poder, descrito como la capacidad de hacer cambiar la conducta del adversario a través de la fuerza o cualquier método coercitivo.

En este sentido, solo los países más poderosos, como Estados Unidos, China, Inglaterra, entre otros, tienen la facultad de resolver problemas mundiales. Por el contrario, las entidades internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas, no tienen esa capacidad.

Obama cree que la crisis de Siria se ha convertido es un problema de seguridad nacional. Según su informe, el cual trascendió a nivel mundial, Bashar al-Asad, presidente de Siria, infringió la “línea roja” y lo convierte en trasgresor de la seguridad norteamericana.

Por consiguiente, la ONU o cualquier organismo internacional no tienen jurisdicción sobre el conflicto. La propuesta de buscar apoyo en el Congreso norteamericano para bombardear y castigar la osadía de Bashar al-Asad es enteramente estratégica y a base a la corriente realista.

Como se esperaba, el Senado estadounidense aprobó la petición de Obama. La próxima semana, cuando se reúnan los representantes de la Cámara Baja del Congreso, es casi seguro que también votarán a su favor.

Al final, como lo establece la doctrina realista, vivimos en un mundo conflictivo, “real” y crudo. Los problemas mundiales, según esta corriente, sólo son resueltos por los países.

El presidente Obama, como sus predecesores, se ha cubierto del manto realista para resolver el problema de Siria.

(Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: hcletters@yahoo.com)

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