Claves para una vida sexual activa después de los 50

Tener buena conexión sexual con su pareja en la edad adulta es bueno para la salud mental y física

Aunque con la edad la actividad sexual disminuye, es posible disfrutar de una sexualidad plena.

Aunque con la edad la actividad sexual disminuye, es posible disfrutar de una sexualidad plena. Crédito: Esta imagen es una obra derivada de Gladness, happy, seniors por SalFalko, disponible bajo la licencia Licencia de Atribución No-Comercial en http://www.flickr.com/photos/safari_vacation / 6055437609/

Una de las ideas erróneas sobre las relaciones después de los 50 años es que el deseo desaparece. Esto ocurre porque a un nivel profundo se relaciona el sexo con la reproducción, y se cree que cuando el cuerpo ha dejado atrás esa etapa, la libido se desvanece. Nada más alejado de la realidad, pues la sexualidad es un aspecto inherente a la naturaleza humana y posee una dimensión personal y afectiva.

Su cuerpo cambia a medida que se hace mayor. Para los hombres las transformaciones físicas afectan la duración de una erección; el orgasmo es más difícil de alcanzar, y su duración es menor. Por el lado del sexo femenino, algunos de los cambios se dan en la vagina, la cual pierde su elasticidad, se acorta, disminuye la lubricación natural y los orgasmos son menos intensos.

Sin embargo, hay cambios positivos. Una persona mayor es capaz de disfrutar el sexo más allá de la genitalidad. Es decir, puede trascender del aspecto meramente físico y entender la relación como una forma de afianzar los lazos con su pareja. Con la experiencia, se llega a una madurez emocional que le permite entender el acto desde una perspectiva menos mecánica para sentirse más satisfecho.

Las relaciones íntimas fortalecen la musculatura y el sistema óseo, además de funcionar como un regulador natural de la tensión arterial. En los hombres, ayuda a reducir el riesgo de cáncer de próstata, y en las mujeres mantiene el tono muscular de la vagina y sus alrededores, lo cual evita la incontinencia urinaria. Además, las endorfinas liberadas durante el sexo contribuye a reducir el dolor, y mejoran el sistema inmunológico.

El sexo es excelente para mantener el equilibrio psicológico y emocional, pues aumenta la autoestima y confianza; ayuda a mantener una perspectiva positiva ante la vida; mejora el estado de ánimo, y es un antídoto contra la depresión, el estrés y la ansiedad. Una persona con una vida sexual activa es mucho más feliz y sana, y eso se nota dentro de sí y entre los que la rodean.

Los cambios suponen un paso más en su desarrollo y es posible adaptarse a las circunstancias para disfrutar de una sexualidad plena en la que su edad sea una ventaja. La comunicación es fundamental: hable abiertamente sobre sus temores y lo que disfruta. Integre a su rutina sexual elementos como lubricantes; pero si desea tomar algún medicamento para las erecciones, consulte con su médico. Enriquezca a su pareja con más intimidad, seguramente notarán los cambios positivos.

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