Madres aprenden a cultivar verduras en Harlem

La organización Harlem Grown tiene un plan que podrá emplear a madres solteras y proveer de verduras frescas a los vecinos de Harlem

Jenifer Aquino y sus hijas Génesis y Marín disfrutan de un día soleado en el jardín de Harlem Grown.

Jenifer Aquino y sus hijas Génesis y Marín disfrutan de un día soleado en el jardín de Harlem Grown. Crédito: <copyrite>EDLP</copyrite><person> Zaira Cortés< / person>

NUEVA YORK — Los habitantes de Harlem podrán disfrutar dentro de poco de verduras orgánicas cultivadas en el propio vecindario por madres solteras desempleadas de la comunidad.

Con el inicio del año escolar, Harlem Grown, una organización sin fines de lucro que convierte solares baldíos de la ciudad en pequeñas granjas, inicia un programa de entrenamiento en un jardín comunitario frente a la P.S. 175 Henry H. Garnet School of Success, en la calle 134 y Lenox.

“Este sitio es maravilloso”, dijo Jenifer Aquino, una de las madres que ya colaboran con el programa. “Mis hijas (Génesis, de 10, y Marín, de ocho años) vienen todos los días y ya han aprendido a plantar una diversidad de verduras, y cuando vengo siempre me regalan verduras y frutas que consumimos en casa”, señaló.

Tony Hillery, fundador y director de Harlem Grown, dijo que el jardín, que contiene un invernadero de cultivos hidropónicos (sin necesidad de tierra), forma parte de la educación de los niños de la P.S. 175.

“El fin es enseñarles de dónde viene la comida y qué sabor tiene, lo que les cambia la visión que ellos tienen de los alimentos”, dijo Hillery. “Nosotros les damos verduras a los niños, con recetas simples para que las madres las preparen, y a los estudiantes les encanta”, agregó.

En el invernadero hidropónico, donde las plantas crecen en una solución de agua y nutrientes, Hillery dijo que la misión del programa es cosechar cada semana 3,000 paquetes de verduras, entre ellas lechuga, arúgula y albahaca, “para regalar 1,000 a la comunidad y 2,000 para vender en los restaurantes locales”.

Con el dinero de la venta, proyecta contratar madres solteras de los alumnos de la escuela, con un pago de $12 la hora, “para que trabajen cuando sus hijos están en la escuela y aprendan a manejar un invernadero y a cultivar”, dijo Hillery. “Lo más importante es que les vamos a enseñar a cocinar las verduras que ellas cultivarán, para que se las den a sus hijos”, señaló.

Prácticamente en cada manzana de Harlem hay un solar baldío, y el sueño de Hillery es construir un invernadero en cada uno para sembrar verduras orgánicas.

“Podríamos cultivar 100 toneladas de comida en cinco años, de las cuales podríamos donar gratis 30 toneladas a la comunidad”, dijo Hillery.

En Harlem no hay comercios donde se puedan comprar verduras orgánicas, pero proliferan los restaurantes de comida chatarra. Harlem Grown contó 53 restaurantes de pollo frito en las tres manzanas alrededor del invernadero, en un vecindario donde el 95% de los estudiantes recibe cupones de alimentos.

“Si podemos cultivar las verduras en el mismo vecindario y la gente la empieza a consumir y a demandar, los supermercados locales las van a tener que traer y eso beneficiará a la comunidad”, dijo Hillery.

Por su lado, Johanny Medina, quien estaba en el jardín recogiendo tomates y berenjenas, dijo que uno de los beneficios del proyecto es que niños como su hija Emily, de siete años, “vienen a aprender en un ambiente sano y se mantienen lejos de las calles”.

“Es como otro mundo para los niños”, dijo la madre.

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