Feroz matanza estremece DC

Al menos 13 muertos tras ataque a tiros en un astillero cercano a la Casa Blanca

Una persona no identificada yace en el suelo cerca al lugar donde ocurrió el tiroteo.

Una persona no identificada yace en el suelo cerca al lugar donde ocurrió el tiroteo. Crédito: AP

WASHINGTON, D.C. — Al menos dos atacantes abrieron fuego la mañana de ayer en los Astilleros Navales en Washington, con un resultado preliminar de 13 muertos —incluido uno de los pistoleros— en un sangriento hecho cometido contra oficinistas en la instalación militar fuertemente custodiada en el corazón de la capital estadounidense, dijeron las autoridades.

Un atacante murió y la policía buscaba a otro posible pistolero que aparentemente vestía uniforme de tipo militar, dijo la policía.

El tirador muerto fue identificado como Aaron Alexis, un contratista militar de Texas. Una fuente dijo que Alexis, de 34 años, aparentemente tenía prontuario criminal en ese estado y sería poseedor de un permiso para portar armas ocultas. Añadió que Alexis aparentemente entró al complejo naval por medio de un documento de identidad ajeno, pero no estaba claro si ese individuo era cómplice o si le robaron el documento.

Los investigadores dijeron que no habían descubierto un motivo para el ataque, que se produjo a menos de seis kilómetros de la Casa Blanca. En cuanto a si se trató de un ataque terrorista, el alcalde Vincent Gray dijo: “No tenemos motivos para creerlo a esta altura”.

El FBI se hizo cargo de la investigación, mientras el presidente Barack Obama calificó de “acto cobarde”. Obama indicó que las víctimas eran “estadounidenses valientes” y prometió que “a quienes perpetraron este acto cobarde se les hará responsables”.

La zona atacada, conocida como Edificio 197, es parte de la sede del Comando de Sistemas Navales, que construye, adquiere y mantiene barcos y submarinos de la Marina del país y sus sistemas de combate. Unas 3,000 personas trabajan en la sede, muchas de ellas civiles.

Testigos dijeron que un tirador abrió fuego desde una terraza en el cuarto piso hacia personas que se encontraban en una cafetería en la planta baja. Otros dijeron que un tirador les disparó en un pasillo del tercer piso. No estaba claro si todos los testigos describían al mismo atacante.

Al mediodía, la policía dijo que buscaba a dos hombres que habrían participado del ataque, uno de los cuales portaba pistola y vestía uniforme color caqui de tipo naval y boina, el otro provisto de arma de fuego larga y uniforme verde olivo. La jefa de la policía capitalina, Cathy Lanier, dijo que no estaba claro si eran militares.

Horas después, la policía tuiteó que el hombre de uniforme caqui había sido identificado y no estaba implicado.

A medida que los vehículos de emergencia congestionaron las calles en torno al complejo, un helicóptero voló sobre el lugar, las escuelas cercanas fueron cerradas y los aviones en el cercano Aeropuerto Nacional Reagan fueron brevemente inmovilizados para que no interfirieran con los helicópteros policiales. A menos de tres kilómetros (dos millas) fueron aumentadas las medidas de seguridad en el Capitolio y otros edificios federales, pero las autoridades aclararon que no tenían conocimiento de amenaza alguna.

El atacante muerto es un empleado de la armada cuya asignación laboral fue cambiada a principios de año, dijo un funcionario federal que habló a condición de guardar el anonimato por no estar autorizado a hacerlo oficialmente. Aunque ello podría sugerir que el ataque tuvo motivaciones laborales, las autoridades no han descartado alternativa alguna, incluyendo el terrorismo, agregó el funcionario.

Lanier indicó que no creía que los otros atacantes fueran miembros de las fuerzas armadas.

Todd Brundidge, subasistente del Comando de Sistemas Navales, dijo que él y otros trabajadores se toparon con un atacante en un largo pasillo del tercer piso del edificio. El atacante vestía de azul, agregó. “Se volvió y comenzó a disparar”, contó Brundidge.

Terrie Durham, asistente ejecutiva de la misma agencia, dijo que también vio al pistolero disparando hacia ella y Brundidge. “Apunto alto y falló”, dijo la mujer. “Nada dijo. En cuanto me di cuenta que disparaba, dijimos, ‘salgan del edificio’”.

Rick Mason, analista de programas y empleado civil de la marina, dijo que el pistolero estaba disparando desde una terraza del cuarto piso, que apuntaba a las personas que estaban en la cafetería del edificio en el primer piso. Mason podía escuchar los disparos, pero no vio al hombre.

Poco después del tiroteo, Mason dijo que alguien indicó a los empleados por una altavoz que buscaran refugio y luego que se encaminaran a las puertas del complejo.

Patricia Ward, un especialista en gestión logística, dijo que estaba en la cafetería desayunando y oyó “tres disparos seguidos. Sonaban como pop, pop, pop”, dijo.

Ward dijo que la policía comenzó a dirigir a la gente hacia las salidas del edificio con las armas empuñadas.

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