Desmintiendo los mitos del ‘Obamacare’

No es verdad es que las personas de menores recursos tendrán que hacer enormes sacrificios para adquirir un seguro de salud.

No es verdad es que las personas de menores recursos tendrán que hacer enormes sacrificios para adquirir un seguro de salud. Crédito: Ciro Cesar / La Opinión

La reforma del sistema de salud, conocida popularmente como Obamacare, contiene una cláusula de “mandato individual”. Y esa cláusula exige que a partir del primer día de 2014 todos tengamos seguro de salud. Pero antes que eso, a partir del martes próximo, 1 de octubre, quienes no tengan planes de salud o deban actualizarlos podrán adquirirlos a través del Mercado de Seguros Médicos, que facilita el trabajo de comparar planes, y ofrece mejores precios y más beneficios.

Por diversas razones ideológicas, políticas y de intereses económicos, la reforma del sistema de salud ha enfrentado retos en varios frentes, en los que se ha atacado al nuevo sistema de planes de salud con mitos, nociones falsas y, en algunos casos, mentiras intencionales. A dos días del inicio del nuevo proceso, quiero aclarar cuáles son los mitos y cuáles las realidades de Obamacare.

Un mito extendido y dañino es que la reforma significa que el gobierno puede tomar decisiones de vida o muerte sobre las personas. La realidad es que las personas, sus médicos y sus familiares continuarán tomando esas decisiones cruciales.

Además, el nuevo sistema fortalece la regulación de esas empresas aseguradoras. El Medicare, un programa gubernamental de atención de la salud, seguirá prestando gran parte de los cuidados a las personas de edad avanzada y con discapacidad. Y se ampliará otro programa de salud del gobierno, el Medicaid, para brindar protección y atención a más adultos con ingresos muy limitados.

Un mito opositor muy popular es que la reforma traerá aparejados aumentos de los costos de la atención de la salud y del déficit fiscal. La realidad es muy distinta. Desde agosto de 2010 se sabe, por un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso, que si se dejara sin efecto la Ley de Asistencia Asequible se produciría un aumento del déficit fiscal.

El penúltimo mito es que la reforma la pagarán las personas de edad avanzada, porque los ahorros del nuevo sistema provendrán en gran parte de reducir los beneficios del Medicare. Con la nueva ley no van a disminuir los beneficios para las personas mayores. Más aún, el plan de recetas médicas Medicare Parte D, cubrirá a partir del 1 de enero un porcentaje mayor de los costos.

Finalmente, quiero referirme a la idea de que a partir de 2014 será obligatorio tener seguro médico. Eso es verdad. Lo que no es verdad es que las personas de menores recursos tendrán que hacer enormes sacrificios para adquirir un seguro. Lo que comprobarán cuando comience a regir la nueva Ley de Asistencia Asequible es que los seguros de salud serán, efectivamente, más asequibles porque se ofrecerán créditos fiscales a los que necesiten ayuda para comprar cobertura, y exenciones completas a quienes no puedan adquirir los seguros ni siquiera con esa ayuda.

¡Celebren con nosotros el vigésimo tercer aniversario de la Hispanic Federation! ¡Y hasta la próxima columna!

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