Preocupan secuelas del cierre del gobierno

Algunos comerciantes de NY ven perder sus ganancias mientras otros sacan provecho

Pocos turistas se veían alrededor de Battery Park ayer, tras conocerse el cierre de la Estatua de la Libertad.

Pocos turistas se veían alrededor de Battery Park ayer, tras conocerse el cierre de la Estatua de la Libertad. Crédito: <copyrite>edlp</copyrite><person>Fotos: Mariela Lombard< / person>

NUEVA YORK — El cierre temporal del gobierno federal tiene desesperados a algunos vendedores, mientras que otros están haciendo su agosto en octubre.

El vendedor ambulante Martin James, quien tiene un puesto en el parque Battery, en el bajo Manhattan, donde vende camisetas y recuerdos de Nueva York a los turistas que llegan a tomar el barco para la Estatua de la Libertad, está agobiado porque desde el lunes han disminuido las ventas.

“Usualmente a esta hora ya he vendido unos $400, y apenas he vendido $50”, se quejó James. “Si esto sigue así voy a tener que cerrar. A la persona que me ayuda le tuve que decir que se fuera para su casa”.

Otro que está descontento porque ha mermado el negocio es Ahosan Haib, quien tiene un carrito de perros calientes en una de las aceras del parque Battery.

“Se ve la diferencia, no hay mucho negocio. Todavía no puedo decir que tanto han caído las ventas”, indicó con tono desilusionado Haib. “Los lunes y los martes son días lentos. Veremos qué pasa en estos días”.

Rafael Cuevas, vendedor de boletos de paquete de tour de buses de City sights, dijo que la suspensión de las labores de algunos organismos del gobierno federal es otro elemento que afecta negativamente a la industria del turismo.

“No esperábamos esto, es algo de repente. Nos afecta mucho, a parte que octubre y noviembre son meses muertos. Esta es temporada baja”, subrayó Cuevas

Entretanto, el kiosco de comida Table Green, situado dentro del parque, ha visto aumentar sus ventas.

“Desde el lunes en el parque no veo vendedores de pretzel, ni perro caliente. Eso significa más negocios para nosotros. No esperábamos vender tanto”, comentó Rose Vela, cajera del pequeño negocio.

La empresa que tiene la concesión de transportar a los clientes a la Estatua de la Libertad también está haciendo negocio con los turistas “despistados” que no están enterados que la isla está cerrada, y llegan a la zona turística para tomar la embarcación.

Statue Cruises les ofrece ahora un tour de una hora por las aguas del rio Hudson y los alrededores de las islas Ellis, Estatua de la Libertad y el puente de Brooklyn.

“No sabía que estaba cerrada. Vine a celebrar mi cumpleaños y quería subir a la corona de la Estatua de la Libertad. Será verla desde lejos”, dijo desencantada Wendy Rocha, quien vino de Chicago.

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