Cómo ayudar a los sobrevivientes de violencia doméstica

La violencia doméstica es una tragedia en los Estados Unidos y en el resto del mundo. En Nueva York, se trata además de una de las principales amenazas de salud pública para las mujeres. Al cierre del 2012, las estadísticas policiales ofrecían dos caras muy distintas. Por un lado, el número más bajo de víctimas en 50 años. Por otro, una de cada seis víctimas de homicidio fueron mujeres, y el 68% de los asesinatos fueron por incidentes de violencia doméstica.

El gobernador Andrew Cuomo declaró a octubre como el Mes de Concientización de la Violencia Doméstica en Nueva York. Y, aunque tanto el Estado como la Ciudad han creado programas para la prevención y ayuda a las víctimas, todavía falta mucho por hacer.

En este ciclo electoral, los candi datos a alcalde deben promover iniciativas que ayuden a las víctimas más todavía.

Por ejemplo, los servicios del Departamento de Vivienda de la Ciudad, como Sección 8, unidades de vivienda asequible u otros servicios para desamparados, no están disponibles para las víctimas de violencia domestica, que en muchos casos terminan en albergues.

Los requisitos de solicitud de NYCHA para estas víctimas deben ampliarse para que no sea obligatoria la formulación de expedientes de las agresiones. Esto significa que si los casos no son documentados por la policía, no son elegibles para los beneficios. La mayoría de los solicitantes de los refugios de violencia doméstica no cumplen con estos criterios.

De acuerdo con Carol Corden, directora ejecutiva de New Destiny Housing -una organización dedicada a apoyar a las víctimas de violencia doméstica- invertir en la vivienda asequible para las mismas ayudaría a reducir el presupuesto de $1,000 millones anuales designado para alberges. El costo de albergar a una familia en un refugio durante un año es de $36,000, comparado con un promedio de $12,000 en el alquiler de vivienda asequible permanente. Según la Oficina presupuestaria de la Ciudad, Nueva York gastó $140 millones en refugios para víctimas de violencia doméstica en 2012?, y sólo $400,000 para vivienda permanente.

La ciudad necesita de servicios competentes y apropiados para crear soluciones a largo plazo. El próximo alcalde tiene la oportunidad no solo ser fiscalmente responsable, sino de salvar cientos de vidas y familias que día a día padecen esta epidemia social.

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