De Blasio y Lhota contra la desigualdad

El candidato republicano Joe Lhota (izq.) y el demócrata Bill de Blasio durante el debate de anoche a tres semanas de las elecciones por la Alcaldía de Nueva York.

El candidato republicano Joe Lhota (izq.) y el demócrata Bill de Blasio durante el debate de anoche a tres semanas de las elecciones por la Alcaldía de Nueva York. Crédito: AP POOL

NUEVA YORK/EFE — Con un objetivo común, la lucha contra la desigualdad, y con enfrentamiento por la acción policial, el candidato demócrata y claro favorito Bill De Blasio y el republicano Joe Lhota abrieron anoche con cierto estatismo los debates televisivos previos a las elecciones a la alcaldía de Nueva York.

A veintiún días de las elecciones, y con dos debates más programados en el canal WABC-TV para los dos próximos martes, los principales candidatos a la alcaldía expusieron hoy sus consabidas posturas pero no generaron mucha dinámica de discusión.

Por un lado, De Blasio representa el cambio con su matrimonio interracial y su discurso de que Nueva York tiene que luchar contra la “historia de dos ciudades”, y habló hoy de crear 200.000 viviendas a precio asequible en los próximos diez años y acabar con la política del “stop and frisk” (paradas y cacheos) que ha provocado “una negativa relación entre la policía y la comunidad” después de que se acusara de aplicar de manera racista.

Por otro lado, Joe Lotha, nacido en el Bronx, implicado en la legislatura de Giuliani y director de la Autoridad Metropolitana de Transportes (MTA), supone la continuidad de ese ala republicana neoyorquina menos fiel a los dictados más conservadores de su partido y también apostó por crear vivienda social, en concreto 150.000 viviendas en cuatro años y empleo en buenas condiciones.

Alrededor de esa ambivalencia política llegaron y se reiteraron los ataques de De Blasio hacia Lotha, republicano que, en cambio, está a favor del matrimonio homosexual y del aborto.

“No puedes estar en ambos bandos. Te hemos visto en las primarias republicanas demostrando que eres conservador y ahora están intentando mostrarte como un candidato para la mayoría”, le reprochó el candidato demócrata.

Mientras que el principal reproche en la otra dirección era la de acusar a De Blasio de poner en peligro la seguridad de Nueva York, uno de los principales logros de la era de Giulianni y sobre todo Bloomberg, así como de prometer una política fiscal insostenible.

“De Blasio quiere una policía en bicicleta, que se siente a hablar en un club o con un café para hablar. Pero necesitamos arrestar a la gente que comete delitos, no hablarles. La policía tiene que cambiar de estrategia continuamente, estar siempre un paso por delante de los criminales”, defendió Lhota.

En política fiscal, De Blasio enarboló de nuevo la idea de que los impuestos para los ricos cubran las carencias de los pobres, en concreto cobrando más impuestos a quienes cobren más de 500.000 dólares anuales y eximiendo de las tasas a los más desfavorecidos.

“Todos los que han prometido cargar de impuestos a los multimillonarios han acabado cargando también a la clase media y baja”, le replicó Lhota, que apostó por la inversión en educación, “haciendo a los buenos profesores muy buenos profesores y a los profesores muy buenos unos profesores excelentes”.

Lhota dio prioridad en su discurso a la posibilidad de que los neoyorquinos puedan encontrarse con una ciudad “en la que se pueda vivir, trabajar, pasárselo bien, pero sobre todo se puedan criar hijos” y reconoció que uno de sus grandes proyectos es el de crear un gran parque en el East River en Manhattan, lo que se entendió como dar continuidad al ambicioso proyecto Seaport City de Bloomberg.

A De Blasio prometió “no dejar a ningún neoyorquino atrás” y cambiar esas cifras que indican que el 46 % de los neoyorquinos viven en la pobreza o en el umbral de la pobreza, y Lotha, con el mismo objetivo, argumentó que “la diversificación económica de la ciudad llevará a la igualdad”.

Finalmente, cuando llegó el turno de alabar al compañero, Lhota miró hacia lo personal (destacó su hermosa mujer y su familia) mientras De Blasio se centró en la virtud política. “Es un hombre que se preocupa por la ciudad y sabe cuidarla”, concluyó.

Y mientras, el candidato independiente de origen puertorriqueño Adolfo Carrión, se manifestaba fuera por no haber sido invitado al debate. EFE

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