Padre de boxeador muerto en NYC maldice al asesino

José Coimbre deberá cumplir 15 años de cárcel por la muerte de Ronney "Venezuela" Vargas, reportada el 16 de agosto de 2008, en El Bronx

Germán Vargas (derecha) —junto a su hijo Ronald— no pudo contener el llanto ayer  durante la sentencia contra el asesino de su otro vástago, Ronney.

Germán Vargas (derecha) —junto a su hijo Ronald— no pudo contener el llanto ayer durante la sentencia contra el asesino de su otro vástago, Ronney. Crédito: EDLP / Mariela Lombard

El Bronx – El desgarrador dolor de un padre ante el asesino de su hijo convirtió ayer la corte de El Bronx en un baño de lágrimas donde sólo se escuchaban sus palabras, sollozos y convulsiones.

“Jamás he creído en la cárcel como medio de castigo porque tú preso estás libre y yo, libre, estoy preso… tienes todo el derecho que esta sociedad hipócrita les da a los asesinos…”, dijo ayer Germán Vargas, antes de la sentencia a José Coimbre, el asesino de su vástago Ronney “Venezuela” Vargas.

Coimbre, de 33 años, se había declarado recientemente culpable de quitarle la vida al joven promesa del boxeo, de 20 años, durante un incidente ocurrido el 16 de agosto de 2008. El juez James M. Kindle lo condenó ayer a 15 años de cárcel y cinco de libertad condicional.

Vargas había ganado tres años consecutivos los Guantes de Oro como aficionado y apenas llevaba un año como profesional, con un récord de 8-0-6 KO. Su padre declaró que “empezaba a hacer realidad el sueño por el que llevaba luchando desde que tenía ocho años”.

Vargas —acompañado por su otro hijo Ronald y más familiares— emocionó a todos los presentes hablando de Ronney, a quien describió como “un niño sano, que no se drogaba, ni fumaba”. Criticó el sistema de justicia y reprochó a Coimbre: “tienes ya una fecha para salir en libertad y cometer crímenes, pero para mí ¿cuándo voy a tener la posibilidad de ver a mi hijo un segundo, abrazarle, decirle cuánto le amo?”.

Asimismo, refiriéndose a lo que cuesta cada preso, le gritó: “Ahora tenemos que pagarte todos los beneficios que vas a disfrutar como un parásito, tres veces más de lo que gana un humilde trabajador… Tienes derecho a ser tratado como ciudadano de primera categoría… tienes derecho a visita conyugal, a tres comidas diarias, a celebrar el Día de Acción de Gracias, la Navidad, el Día del Padre…. Mientras que a mí tu me lo negaste de por vida desde esa maldita madrugada”.

“Te maldigo mil millones de veces… Maldigo ese aire que respiras y que tanto pidió mi hijo cuando agonizaba porque el aire no llegaba a sus pulmones llenos de sangre por los disparos que tu cobardemente le diste… no hay cárcel ni castigo para ti… Sólo espero la palabra de Dios: ‘Quien a hierro mata a hierro debe morir’…”, señaló Vargas.

Coimbre también habló muy emocionado: “Sólo estaba protegiendo a alguien que creía era un amigo”, refiriéndose al grupo que se enfrentó a Vargas y sus amigos en un deli y a los que se unió en la persecución de los jóvenes.

A la salida de la corte, el padre manifestó que había sacado todo de su pecho, cerrando el capítulo de venir a la corte, un proceso que ha durado más de cinco años. “Me tiene enfermo de verle”, indicó para finalmente señalar: “mi dolor es eterno, sólo se acabará cuando me muera”.

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