Gobernador de Puerto Rico no marchará por Oscar López

Imprevistos de última hora no permitirán que Alejandro García Padilla participe del evento en reclamo de la excarcelación del preso político

San Juan – La organización de la marcha que hoy recorrerá las calles de San Juan para pedir la excarcelación de Oscar López Rivera, preso en Estados Unidos desde hace 32 años por conspiración en su lucha por la independencia de Puerto Rico, espera apoyo masivo a la causa.

El promotor del acto, Fernando Cabanillas, señaló hoy a Efe que el ambiente que se respira en las horas previas al acto es de fuerte adhesión a una causa que ha conseguido aglutinar a la totalidad del espectro político y social de la isla caribeña en favor de la libertad del histórico preso puertorriqueño.

Cabanillas dijo que debido a imprevistos de última hora el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, no podrá participar en el acto como había anunciado, aunque las demás personalidades que comprometieron su presencia marcharán hoy.

Indicó que desde La Fortaleza -sede del Ejecutivo- se le informó de que García Padilla mantuvo el viernes una conversación con funcionarios de la Casa Blanca en la que pidió que se le transmitiera al presidente Barack Obama, el deseo del pueblo puertorriqueño de que López Rivera sea excarcelado.

La marcha contará con la presencia de la primera autoridad de la Iglesia Católica en la isla, el arzobispo de San Juan Roberto González Nieves, y la alcaldesa de la capital, Carmen Yulín, entre muchas otras personalidades.

Al final de la jornada está previsto que la hija del preso, Clarisa López Ramos, dirija unas palabras a los congregados, previas a una actuación del cantante puertorriqueño Chucho Avellanet, que interpretará una adaptación de “Libre”, canción del álbum “Mi tierra” del fallecido artista español Nino Bravo.

López Rivera está acusado de formar parte a finales de la década de los años 70 del siglo pasado de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), organización responsable de actos de sabotaje en varias ciudades de EEUU en reclamo por la independencia de Puerto Rico.

Considerado en su isla natal un “prisionero político”, fue condenado en 1981 a 55 años de cárcel, a los que se sumaron 15 años más en 1987 por intento de fuga.

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