“El Ponchis” aprendió a leer en cárcel mexicana

El adolescente fue preparado para que al salir de prisión pudiera llevar una vida normal en EEUU y no volver a ser víctima de la delincuencia organizada

Nueva York – Muchas personas que son encarceladas por cometer un delito, terminan “graduándose” de criminales luego pasar varios años tras las rejas. Y es que las condiciones de vida en las prisiones llevan a que muchos tengan que cometer actos ilegales o asumir una conducta violenta para lograr sobrevivir adentro.

Pero este parece no ser el caso de “El Ponchis”, el menor estadounidense que pasó tres años presos en México por homicidio, secuestros y posesión de armas de fuego exclusivas del Ejército, entre otros delitos, y que fue liberado este martes y devuelto a EEUU. Algunos reportes indican que Edgar “N” Jiménez, también conocido como el “niño sicario”, recibió instrucción académica en la prisión, y que entre otras cosas le enseñaron a leer y escribir. Además, el menor también recibió terapia sicológica, para prepararlo para su vida en libertad.

Las autoridades trataron de evitar que el joven se convirtiera en un criminal peor dentro de la prisión en Morelos, ya que su futuro no sería muy prometedor al salir en libertad, como ha sido el caso de muchos adolescentes que cumplen condenas. En los últimos años al menos 12 adolescentes reclusos fueron asesinados apenas salieron en libertad, del mismo centro donde estaba recluido el “El Ponchis”.

Las autoridades indican que una de las razones por cuales estos menores son perseguidos por las organizaciones criminales una vez salen libres, es porque “saben demasiado” y a esas bandas no les conviene eso. Y esta fue la razón por la cual las autoridades en México decidieron liberar “N” Jiménez una semana antes y bajo estrictas medidas de seguridad. Su liberación fue preparada con mucho tiempo de antelación, y para ello participaron sus familiares en EEUU.

La decisión de la jueza de ejecución, Rosalía Martínez de León, de otorgarle la libertad anticipada al adolescente de 17 años, sentenciado a tres años en el CEMPLA, se basó en la búsqueda de la protección integral del adolescente, con relación a que se estaban revelando datos relativos a su identidad y la de su familia.

“Creemos que hicimos lo mejor que pudimos con él, y la idea es que él pueda hacer efectiva expectativa de una vida mejor en un país diferente, en su país de origen, siempre y cuando encuentre el apoyo que necesita, un ambiente de comprensión y de límites, de no discriminación, donde puedan ayudarlo a retomar una vida productiva”, expuso la magistrada.

Señaló que al ser trasladado a Estados Unidos será ingresado a una institución de asistencia social en calidad de liberto y el tratamiento que debe recibir es diferente al del proceso penal.

El joven viajó a EEUU acompañado de dos Oficiales de Protección a la Infancia del INM para entregarlo a personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP) y de la ONG Outcry in the Barrio. Esa asociación civil dedicada al cuidado de menores infractores será la encargada de trabajar con el joven.

Edgar fue detenido en el aeropuerto de Xochitepec , en Morelos, en diciembre de 2010 cuando tenía 14 años y pretendía tomar un vuelo hacia la ciudad fronteriza de Tijuana, para luego trasladarse a San Diego, en California.

El menor, involucrado desde los 11 años con la delincuencia organizada, confesó que degolló a cuatro personas por órdenes de un narcotraficante del cártel del Pacífico Sur, creado tras una división al interior de la organización dirigida por los hermanos Beltrán Leyva.

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