Protestan empleados de local visitado por Obama en NYC

Los trabajadores de Junior's Cheesecake, en Brooklyn, denuncian abusos e intimidación por parte de sus jefes

Empleados de Junior's se manifestaron ayer frente al restaurante en reclamo de sindicatura.
Empleados de Junior's se manifestaron ayer frente al restaurante en reclamo de sindicatura.
Foto: EDLP / Gloria Medina

Nueva York — El restaurante Junior’s Cheesecake en Brooklyn es tan famoso que el presidente Barack Obama y el hoy alcalde electo Bill de Blasio pararon a saborear su afamado pastel de queso durante la pasada campaña. Sin embargo, ayer hubo una visita diferente al local.

Un grupo de empleados se manifestaron por segunda vez frente al establecimiento y denunciaron abusos e intimidación por parte de sus jefes, después que expresaran su deseo de organizar un sindicato.

“El trato de los ‘managers’ es inhumano”, dijo José Luis Alpizar, un mexicano que trabaja en el negocio como mesero seis días a la semana desde hace tres años. “Las condiciones de trabajo son malísimas y no tenemos ninguna clase de beneficios“.

A pesar de la lluvia, los participantes acudieron a la pastelería, localizada en el área de Boerum Hill. Con pancartas en mano, gritaban: “Junior’s escucha, estamos en la lucha”, y “¿Qué queremos? Un proceso. ¿Cuándo? Ahora”.

“La primera vez que nos reunimos, de 135 empleados 102 firmamos la petición para que nos dejen hacer un sindicato, pero el dueño dijo que así le dieran un balazo en la cabeza, no lo iba a permitir”, reveló el hispano, quien dijo temer el despido porque con el empleo mantiene a su familia en Brooklyn.

“Nos están amenazando, después de esa reunión nos han dicho que nos van a quitar días de trabajo y han despedido algunos de nosotros. No tenemos ninguna garantía”, denunció.

Uno de los beneficios de contar con un sindicato es que se les ofrece seguro médico a los empleados, algo que no tienen los trabajadores del restaurante.

Antonio Jhosla, un guatemalteco que trabaja en mantenimiento, explicó que tuvo que regresar a trabajar a pesar de que estuvo en el hospital por problemas en la espalda y le indicaron que tenía que descansar tres días.

“El ‘manager’ me dijo que los días que no trabajara no me los iban a pagar”, indicó Jhosla. “Lo que pedimos básicamente es un buen trato”.

La misma situación pasó Isabel Robles, quien labora como ayudante de meseros desde hace 10 años. “Me operaron de la vesícula y tuve que regresar a trabajar porque si no trabajo no me pagan y necesito pagar la renta”, explicó.

Según Mike Feld, uno de los organizadores del sindicato Local 100, los empleados sólo piden un proceso justo para iniciar la sindicatura sin intimidación ni interferencia.

Gerentes del lugar no quisieron ofrecer comentarios acerca de las acusaciones, y pidieron llamar al dueño por teléfono. Cuando El Diario/La Prensa llamó, se nos indicó que no estaba en el restaurante.

Mientras tanto, la movilización no convenció a los clientes, quienes hacían línea para entrar al comercio.

“No creo que está bien lo que están haciendo”, sostuvo Melissa Anderson, de ascendencia nicaragüense, que salía del negocio después de comprar un postre. “Desde que tengo uso de razón existe este lugar, tiene un nombre reconocido y sé lo que representa en la comunidad. No entiendo como no le dan a los trabajadores lo que merecen”.

Según Alpizar, van a seguir presionando hasta que el dueño acepte negociar.