Latinos en NYC vacían la cartera en “Viernes Negro”

Muchos de ellos enviarán parte de su compra a familiares en el extranjero

Alba Fernández y su amiga Violeta Martínez enviarán “cosas lindas” a República Dominicana.

Alba Fernández y su amiga Violeta Martínez enviarán “cosas lindas” a República Dominicana. Crédito: EDLP / Mariela Lombard

Nueva York — Con ojos atentos y paso lento, Esperanza Mercado pasó unas seis horas recorriendo los pasillos de tiendas departamentales, en busca de las mejores gangas del “Viernes Negro”. Abriéndose camino entre cientos de consumidores, la mujer gastó cerca de $150 en productos.

Mercado, quien viajó de Republica Dominicana para visitar a su familia en Washigton Heights, aprovechó su estancia para llenar las maletas de artículos en oferta.

Acompañada de su hermana Alba Fernández y su amiga Violeta Martínez, la compradora no reparó en recorrer hasta tres veces los diversos departamentos de la tienda Macy’s, en la calle West 34, pendiente de los precios más bajos.

“Estoy aprovechando las rebajas para llevar cosas lindas a Dominicana, no importa que me vaya bien cargada en el avión. Las ofertas son demasiado buenas como para dejarlas ir”, indicó.

Su hermana Alba, una residente del vecindario en el Alto Manhattan, expresó que la noche del Día de Acción de Gracias durmió temprano con tal de llegar a la tienda en las primeras horas del día.

“No hemos parado de buscar y comprar. La ropa se puede conseguir con el 50% de descuento, no hay mejor día para vestir bien y ahorrar”.

La mexicana María Hernández fue más precavida a la hora de llenar al carrito de compras. Aunque las ofertas eran tentadoras, la residente de Brooklyn prefirió pensar dos veces antes de hacer una adquisición innecesaria.

“Todo es muy bonito, pero no puedo darme el lujo de gastar lo que no tengo. En una época austera es mejor limitarse”, comentó. “Los productos de belleza son un lujo, por eso me llevo a casa sólo las cosas que realmente necesito, como ropa y calzado”.

Otros comparadores latinos prefirieron mantener la cartera cerrada y visitar las tiendas sólo como diversión. El ecuatoriano Rafael Meléndez, de Queens, aprovechó su día libre para pasear por los pasillos de una sucursal de Best Buy, en Manhattan.

“Me gusta ver lo último en teléfonos inteligentes y “tablets”, pero no hay dinero para gastar. El pago de la renta está encima y el trabajo es escaso”, comentó el trabajador de la construcción.

Las ofertas no pasaron desapercibidas para algunos inmigrantes, quienes compraron productos para enviar a sus países de origen. La colombiana Nancy Calle, de 37 años, gastó cerca de $130 en juguetes en Toys “R” Us.

“Tengo tres sobrinos que esperan un regalo en navidad, soy como un Santa Claus para ellos. Es una costumbre que empezó hace cinco años, con el nacimiento de mi primer sobrino”, comentó.

Algunos compradores acudieron a las tiendas con las ofertas anunciadas en diarios locales, dispuestos a hacer cumplir las promesas de descuento. Otros se fueron con las manos vacías, desesperados por no conseguir los productos deseados. Como cada año, la gran demanda agotó algunos artículos.

“No hay crisis”, dijo una consumidora con varias bolsas en brazos y hombro. “Compra hoy y paga después, hay que darse el gusto”.

Ropa, zapatos y electrodomésticos fueron algunos de los productos más comprados por familias latinas.

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