Cuentas de mínimos en Washington

El pacto alivia pero no elimina recortes y deja fuera los beneficios a parados

Paul Ryan, presidente del Comité presupuestario con  la congresista Nita    Lowey.

Paul Ryan, presidente del Comité presupuestario con la congresista Nita Lowey. Crédito: ap

Nueva York– El pacto presupuestario al que llegaron la noche del martes los negociadores de los partidos Republicano y Demócrata, y debe ser aprobado en los próximos días, se lee en círculos políticos como una tregua tras tres años de desencuentro en el Congreso. Pese al valor político, el contenido es poco ambicioso ya que alivia pero no elimina los recortes automáticos en el presupuesto y deja sin solución el problema de 1.3 millones de personas cuyos beneficios de desempleo expiran a fin de año.

La extensión de estos beneficios no entra en el pacto y salvo piruetas legislativas de última hora no está previsto que se llegue a un acuerdo.

Por lo que se refiere al conocido como sequester, o recortes de gastos automáticos que entraron en vigor este año, el acuerdo es parcial y temporal.

Con él se destinan unos $65,000 millones ($45,000 en 2014 y $20,000 en 2015) a dotarlos presupuestariamente, cantidad que solo compensa la mitad de las necesidades de financiación previstas para el año que viene y el 25% de las del siguiente.

Estos recortes automáticos han afectado al gasto en defensa y al discrecional, es decir, programas de educación como la ayuda a las clases de preescolar para familias de bajos recursos (programa Head Start), financiación a servicios de emergencias o ayudas de comida a más de cuatro millones de personas mayores, entre otros.

Joel Friedman, del Center on Budget and Policy Priorities (CBPP), explicaba ayer que es pronto para saber qué programas van a experimentar una mejora y en qué medida porque es el comité de apropiaciones el que distribuirá los fondos. Desde este Centro se celebra que el acuerdo responda no solo a las necesidades en Defensa sino también a las de los programas que cubren necesidades de parte de la población más vulnerable.

El pacto, que podría ser aprobado hoy por la Cámara de Representantes, no contempla subidas de impuestos, algo a lo que se niegan los Republicanos, pero se impone una comisión a los billetes de avión, que al fin y al cabo es una tasa no progresiva para quienes viajan.

Por otro lado, los trabajadores federales contratados tras el 31 de diciembre tendrán que contribuir con un porcentaje mayor de sus salarios a sus pensiones lo que reduce más una capacidad adquisitiva ya afectada por la congelación de salarios.

El pacto reducirá el déficit apenas $20,000 millones. En 2013 los números rojos ascendieron a $680,000 millones.

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