Detenidos en Rusia regresan a Argentina

Los activistas argentinos de Greenpeace Camila Speziale, (frente-d) y Hernán Pérez Orsi (frente-i) posan con miembros de Greenpeace después de arribar al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini en Buenos Aires.

Los activistas argentinos de Greenpeace Camila Speziale, (frente-d) y Hernán Pérez Orsi (frente-i) posan con miembros de Greenpeace después de arribar al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini en Buenos Aires. Crédito: efe

Moscú/EFE — Los dos tripulantes argentinos del rompehielos “Arctic Sunrise” de Greenpeace, Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, abandonaron ayer Rusia con destino a su país tres meses después de ser detenidos durante una protesta en el Ártico, confirmó la portavoz de la ONG ecologista, María Favórskaya.

“Es un alivio, ya que el fantasma del retorno a la cárcel nunca nos había abandonado desde que recibimos la libertad bajo fianza a finales de noviembre”, aseguró Pérez Orsi, en una conversación telefónica desde San Petersburgo, horas antes de emprender el vuelo a su país.

Speziale, de 21 años, y Pérez Orsi, de 40, partieron en un avión desde el aeropuerto internacional Púlkovo de San Petersburgo tres días después de beneficiarse de una amnistía declarada con ocasión de los 20 años de la Constitución rusa.

“La amnistía no es suficiente. Hay que seguir peleando. La batalla no ha terminado. Hemos firmado poderes a nuestros abogados para que continúen las gestiones necesarias con el fin de que obtengamos la inocencia absoluta”, dijo Orsi. Todos los tripulantes no rusos del buque abandonaron el país con la única excepción del polaco Tomasz Dziemianczuk, el último en recibir la documentación necesaria para salir de Rusia, que viajará hoy a su país de origen.

De esta forma, la Justicia rusa da carpetazo al caso abierto contra los activistas, que habían recibido a finales de noviembre la libertad bajo fianza, pero estaban a la espera del cierre de la investigación penal.

Los tripulantes del “Arctic Sunrise” pasaron dos meses en prisión tras ser detenidos a mediados de septiembre en el mar de Bárents por intentar encaramarse a la plataforma petrolífera flotante “Prirazlómnaya” del consorcio ruso Gazprom.

Acusados en un principio de piratería, los activistas ingresaron por orden de la Justicia en prisión preventiva por dos meses, medida cautelar que cumplieron en cárceles de Múrmansk y San Petersburgo.

“El ametrallamiento del ‘Arctic Sunrise’ el 18 de septiembre fue una respuesta desmedida e injustificada. Fue como una película de terror”, asegura Orsi. El ecologista cree que eso se puede esperar de un país como Corea del Norte, pero no de Rusia, aunque cree que la reacción de las autoridades rusas significa que Greenpeace “tocó la llaga” de la exploración de los ingentes recursos energéticos del Ártico.

En su opinión, la lectura positiva que se puede extraer de su odisea judicial en Rusia es que en Argentina y otros países el debate del cambio climático ha pasado de los círculos académicos a otros foros.

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