Hoy, hemos hecho historia
Lo ocurrido ayer en la cámara del Concejo Municipal de Nueva York hubiera sido imposible de imaginar cincuenta años atrás. Luego de una larga y feroz campaña, Melissa Mark-Viverito se convirtió en la primera presidenta puertorriqueña de la legislatura municipal neoyorquina.
Digo que eso hubiera sido imposible hace medio siglo porque en aquel entonces el puertorriqueño todavía motivaba temor, angustia y frustración entre los poderes que dirigían la Gran Manzana. Un estudio publicado en el 1964 por el Departamento de Planificación Municipal de la Ciudad advertía que, a pesar de algunos logros, el puertorriqueño ocupaba los más bajos renglones de la sociedad neoyorquina, azotado por altos niveles de desempleo y por pésimos ingresos. El futuro de la comunidad parecía igualmente negativo: Las escuelas estaban repletas de jóvenes boricuas ignorados y marginados por sus maestros y por la dirección educativa de la ciudad.
Pocos se imaginaban que los puertorriqueños pudieran formar parte del liderazgo político de la ciudad. Por supuesto, hubo quienes intentaron mejorar el porvenir de su comunidad: Herman Badillo, Frank Torres, Tony Méndez, Antonia Pantoja y otros entraron en el campo de batalla político pero ninguno logró un cargo de semejante poder e importancia política al que Mark-Viverito ascendió ayer.
No cabe duda que muchos de los problemas que retan a la comunidad puertorriqueña en la ciudad hoy son similares a 1964. Y tampoco se puede esquivar que la comunidad latina de Nueva York es hoy muy distinta a la de los años sesenta. A pesar de ser el grupo latino más grande de la ciudad, cada día hay menos puertorriqueños en Nueva York.
Pero al menos por unas horitas ayer, los puertorriqueños pudieron celebrar un logro de gran importancia tanto para ellos como para todos los latinos de Nueva York. “Hoy, hemos hecho historia”, dijo Mark-Viverito en español cuando tomó las riendas del Concejo Municipal. Amén.