La vida entre templarios, autodefensas y soldados

La Policía federal patrulla la entrada de Apatzingán. Los soldados mexicanos y policías federales mantienen un duro enfrentamiento con las autodefensas y los narcotraficantes en Michoacán.

La Policía federal patrulla la entrada de Apatzingán. Los soldados mexicanos y policías federales mantienen un duro enfrentamiento con las autodefensas y los narcotraficantes en Michoacán. Crédito: ap

MÉXICO. — Apenas despuntó el día y comenzó la hecatombe con el incendio de una farmacia en la esquina de una calle de Apatzingán, la cabecera municipal señalada como madriguera de los Caballeros Templarios, en la Tierra Caliente del occidental estado de Michoacán.

Las llamas se alzaron ante transeúntes y una automovilista que tomó fotos para enviarla a la prensa regional que las hizo públicas ayer, unas horas después de la llegada de fuerzas federales a la región convulsionada por la lucha entre el crimen organizado y grupos de Autodefensas.

Civiles armados y criminales se enfrentaron en los últimos meses en 70 comunidades de 27 municipios por el control del territorio donde los Templarios extorsionaban, imponían toques de queda, conductas morales, tundas a maridos mal portados y cuotas a empresas entre otras excentricidades.

La población pasó de tales intimidaciones a la incertidumbre de balaceras callejeras, comercios, oficinas de gobierno y vehículos incendiados que se reportan como primicias por las redes sociales twitter y facebook.

El estado de crisis impactó en esta semana a 57 escuelas de todos los niveles en Apatzingán y Parácuaro donde se suspendieron clases.

Los estados vecinos de Michoacán como Colima, Guanajuato y Guerrero declararon alerta roja de inseguridad y blindaron sus fronteras con soldados, policías, marines, tanquetas y armamento.

El riesgo de quedarse varado en medio de inhóspitas zonas de la geografía michoacana, donde llegar de un rancho a otro es asunto de hasta siete horas en coche, es alto.

Los bloqueos capitaneados por encapuchados que amagan a conductores antes de incendiar los vehículos o robarlos es el pan de todos los días documentado en videos e imágenes.

“Vivimos con el Jesús en la boca”, dijo al teléfono Margarita Ríos, de la comunidad La Ruana, donde se han librado sendas batallas contra los Templarios, justo detrás de su casa. Ayer los pobladores repicaron campanas cuando corrió el rumor en la comunidad de que los soldados decomisarían las armas.

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