¡Se me fue el avión!
Los malos hábitos sí pueden cambiarse, con un poco de esfuerzo.

Sólo toma 21 días cambiar un mal hábito. Crédito: EFE
Tengo que subirme a un avión casi todas las semanas y cada vez que tengo que viajar salgo de la casa “corriendo” y en el camino al aereopuerto siempre pienso: “ojalá que no me deje el avión”. Lamentablemente me sucedió lo que tanto temía: ¡perdí mi avión! Ese mismo día prometí: “jamás vuelvo a salir a última hora para un aereopuerto“.
¿Y tú, qué malos hábitos reconoces que debes dejar? Es difícil romper un hábito ya que se basa en un comportamiento que hacemos con regularidad y mientras más lo repetimos, más fácil es hacerlo, hasta que un día lo efectuamos inconscientemente.
Las consecuencias de tus malos hábitos no se reflejan rápidamente, más bien a largo plazo. El exceso de colesterol no aparece después de comer una sola hamburguesa con papas fritas. Toma años ver las consecuencias de comer comida chatarra continuamente.
Para dejar un mal hábito necesitas un plan:
- Haz una lista de tus malos hábitos… ¡tú sabes cuáles son!
- Escribe las consecuencias que obtendrás, no en una semana, sino a largo plazo.
- Establece una nueva conducta (describe lo opuesto a tu mal hábito)
- Decide qué acción vas a tomar para convertir este nuevo hábito en realidad.
- Apunta los beneficios que disfrutarás cuando adoptes este nuevo comportamiento.
Tan solo toma 21 días crear un nuevo comportamiento. Toma hoy la decisión de eliminar ese hábito que no te conviene y verás que pronto tu vida se transforma.