Nuevo ‘Robocop’ es más bien innecesario

Crítica de cine: La nueva versión de la película no sólo es inferior a la original: es, aunque entretenida, redundante

Robocop imparte la justicia en las calles de Detroit en el filme que se estrenó en miércoles.

Robocop imparte la justicia en las calles de Detroit en el filme que se estrenó en miércoles. Crédito: Sony Pictures

Hay que dejarlo claro ya: Robocop (1987), al igual que Total Recall (1990) y Basic Instinct (1992) son, sin lugar a dudas, la trilogía de obras maestras comerciales de la carrera de su director, el holandés Paul Verhoeven, desafortunadamente no muy activo a lo largo de este siglo.

Total Recall fue revisitada recientemente en una cinta ya olvidada, donde Colin Farrell trató de aportar intensidad emocional con el fin de reemplazar el carisma innato de Arnold Schwarzenegger en el filme original. No lo logró.

Ahora le toca el turno a Robocop, estrenada el miércoles y clasificada PG-13.

Un aspecto a favor de esta nueva aproximación a la historia de un policía convertido en robot en la siempre problemática ciudad de Detroit: su director es el cineasta brasileño José Padilha que dejó claro su don por el cine de acción con Elite Squad y su secuela, Elite Squad: The Enemy Within.

En Robocop, el realizador —especialmente en su primera hora— aprovecha el material de la primera y magistral cinta, protagonizada por Peter Weller, y la herencia visual de Verhoeven para componer una nueva visión de un mundo dominado por corporaciones sin escrúpulos y medios de comunicación manipuladores.

El resultado de esa aproximación, si bien no tan logrado como en la película de 1987, sí resulta interesante y, en cierta forma, desafiante, al menos para un largometraje de acción contemporáneo.

No obstante, y éste sería el elemento negativo del conjunto, Padilha debe manejar un guión que difiere del filme de Verhoeven y que se centra en la relación familiar del policía, Alex Murphy, convertido en máquina de justicia (encarnado por un correcto Joel Kinnaman) y su esposa (Abbie Cornish), obsesionada en regresarlo a casa tras su conversión en robot… Y quién, con un mínimo de sentido común, querría el arsenal de armas que carga Robocop en su casa, salvo los ejecutivos del estudio productor obsesionados en insertar un romance imposible en el relato para, asumo, atraer al público femenino.

Dejando de lado incesantes tiroteos (que cansan por su acumulación), sólo queda un reparto de secundarios notable: desde el doctor/científico encargado de la transformación de Murphy, a quien da vida un excelente Gary Oldman (The Dark Knight), hasta el directivo de la corporación que quiere expander a los Robocops por todo Estados Unidos, papel que agarra con sentido del humor un recuperado Michael Keaton (Batman), pasando por el presentador de un programa de noticias que bien podría formar parte de Fox News, quien cuenta con los rasgos de un hilarante Samuel L. Jackson (The Avengers).

¿Entretenida? Sí. ¿Necesaria? No.

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