Talento de Michael Sam

El jugador de football debe ser considerado por su destreza y no por ser gay

El jugador de fútbol americano de la Universidad de Mossouri Michael Sam (d) es felicitado por su compañero Matt Hoch (i), durante un partido entre Missouri y el Sudeste de Louisiana, el 1 de septiembre de 2012.

El jugador de fútbol americano de la Universidad de Mossouri Michael Sam (d) es felicitado por su compañero Matt Hoch (i), durante un partido entre Missouri y el Sudeste de Louisiana, el 1 de septiembre de 2012. Crédito: Archivo / EFE

Sociedad

Ser un hombre gay ya no es un tabú. Ya no es aquel concepto negativo, secreto y vergonzoso. Tal vez algunas personas todavía cuestionan su naturaleza, pero sabemos que los hombres gay siempre existieron.

El reciente anuncio de Michael Sam, jugador de football de la universidad de Missouri, causó furor en nuestra sociedad, particularmente en el mundo del deporte, debido a que Sam es un prospecto real para la Liga de Football Nacional (NFL) y también es gay.

“Soy libre; soy un hombre gay orgulloso” sostuvo durante una entrevista con los medios de comunicación.

Algunos que valoran las libertades individuales y civiles de las personas mostraron apoyo a su decisión. El presidente Obama fue uno de los primeros; también el presidente de los Gigantes de New York manifestó palabras de aliento: “No importa lo que seas… no importa tu orientación sexual…, si tú puedes jugar [bien], tu puedes jugar [en la NFL]”.

Sin embargo, también hay gentes que condenan la visibilidad de los hombres gay. Antes del anuncio del pasado domingo, Sam estaba considerado como uno de los prospectos que iba a ser reclutado en un equipo profesional en la tercera vuelta. Empero, después de la tremenda noticia, la agencia deportiva de una de las grandes televisoras (CBS Sports) lo ubicó en el puesto 160 del 90 inicial; luego subió al puesto 110.

Lo anterior explica que en los medios deportivos existen prejuicios sociales. La parte administrativa de los equipos, especialmente en posiciones de toma de decisiones y los jugadores no son libre de esos prejuicios. Gil Brandt, analista de la NFL, sostuvo que la noticia de Sam “creará muchas preguntas” y que los tomadores de decisiones de los equipos cuestionarán que “tenga problemas fuera de los campos deportivos”.

Asimismo, Patrick Crayton, recibidor de los New Orleans, manifestó que Sam “debería mantenerse en el clóset”, insinuando que no está de acuerdo con su modo de vida. Otro de los jugadores, Jonathan Vilma, dijo que tendría problemas utilizar los recintos deportivos, las duchas y vestidores, con una camarada gay. Ryan Clark de los Acereros de Pittsburg comentó que la orientación sexual de Sam es una “inmundicia”. Incluso, el padre de Sam, quién lo abandonó cuando era un niño, mostró su desapruebo.

Sus detractores no entienden que la decisión de Sam es de tipo personal. No creo que a él le importe tanto generar dinero —aunque el dinero siempre es propicio para una vida llevadera— como liberarse de las cadenas de la secrecía. Decir a los cuatro vientos de la orientación sexual y un modo de vida que todavía no es totalmente aceptado en nuestra sociedad, implica tener mucho coraje, valor y ante todo honestidad.

Michael Sam debe ser elegido por un equipo de la NFL por sus condiciones físicas y su talento deportivo y no deber ser condenado por su forma de vida.

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