Tumbando gente para salvar algo

La madurez de una sociedad se puede juzgar por su entendimiento de la importancia de preservar a las instituciones responsables de su legado aun cuando se tengan que sacrificar al individuo o individuos. Para los latinos inmigrantes viviendo en los Estados Unidos, este concepto es particularmente difícil ya que en la mayoría de los casos venimos de países donde se ha sobreenfatizado la admiración y la lealtad al individuo.

Por suerte, la situación donde, actuando contra la intuición, debemos escoger la preservación de una organización por encima de la protección de una persona, no se presenta a menudo. Pero cuando ocurre, es obvio que el terreno ya debe estar preparado para que personas claves ejerzan su influencia y hagan lo correcto para salvar la institución, caiga quien caiga.

Recientemente esta demostración de madurez la ofreció la comunidad puertorriqueña. Enfrentando los resultados de una investigación de la fiscalía que amenazaba la continuación del Desfile Puertorriqueño, optaron por desmantelar la directiva y rápidamente organizar un nuevo grupo desligado al anterior y continuar con su desfile.

Obviamente la conversación de quien o quienes son los responsables de los problemas financieros continuará, pero la intervención drástica y rápida es correcta. De continuar la organización en manos de personas actualmente acusadas de transacciones financieras ilícitas, sean estas inocentes, culpables o simplemente negligentes, la nube de sospecha impide que la institución funcione efectivamente para organizar al desfile, no solo de este año. También, hasta amenaza con la destrucción total de la organización ya que son pocos los que querrán auspiciar a un grupo bajo estricta vigilancia fiscal.

El Desfile Puertorriqueño no ha sido la primera institución que enfrenta una investigación o un escándalo que amenaza su sobrevivencia. Hemos enfrentado y continuamos enfrentando esto con nuestras más grandes instituciones en las comunidades puertorriqueñas, dominicanas, suramericanas y centroamericanas. Las investigaciones de las organizaciones sin fines lucrativos dentro y fuera de nuestra comunidad latina continuarán ya que las leyes de Nueva York que las rigen son bien estrictas. Y bajo este escrutinio, inevitablemente algunas serán sujetas a penalidades o incluso, sus administradores enfrentaran amenazas de cargos penales.

Si la organización es una institución comunitaria representando prácticamente un legado social y cultural a futuras generaciones (como son los desfiles), lo imprescindible para salvarlas es entender que este legado es más importante que cualquier política interna, pelea por poder, y sobre todo, superior al interés personal de cualquier individuo.

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