Invierten casi $1 millón en residencia de cónsul mexicana

Algunos líderes de la comunidad sostienen que el dinero pudo haberse empleado en resolver muchas de las carencias de los inmigrantes

Este edificio de cinco pisos es donde reside la cónsul de México en Nueva York.

Este edificio de cinco pisos es donde reside la cónsul de México en Nueva York. Crédito: EDLP / Mariela Lombard

Nueva York — Inmigrantes mexicanos cuestionaron la jugosa cifra de $945,977.50 que costó reparar la residencia oficial del Cónsul General de México en Nueva York, un brownstone de cinco pisos ubicado en el 178 de la calle 72 Este, entre Lexington y Tercera Avenida, en Upper East Side de Manhattan. El consulado defendió y justificó el gasto.

El pasado 15 de febrero, el diario mexicano El Universal publicó un artículo en donde se detalla la inversión, incluyendo una copia del contrato de reparaciones. El desglose indica que se gastaron $205,090 en arreglar la cocina, $211,560 en la refacción de una bodega, $76,260 en un aire acondicionado y 49,200 en la demolición de unas columnas del patio, entre otros emolumentos. (Ver http://www.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2014/gasta-consul-de-mexico-en-ny-1-mdd-en-remodelacion-987820.html).

De acuerdo con El Universal, el contrato fue aprobado el 2 de julio de 2013 por el anterior cónsul, Carlos Manuel Sada, quien estaba en proceso de ser trasladado a la sede diplomática de Los Ángeles. El artículo destaca que el dinero se entregó en siete pagos. Representantes de la sede consular, actualmente a cargo de Sandra Fuentes-Berain Villenave, declinaron revelar la identidad de los prestatarios del servicio.

Importantes líderes de la comunidad mexicana local prefirieron reservar su opinión, alegando no querer dañar su relación con el consulado. Otros fueron más osados y calificaron de excesivo el coste.

Angie Galindo, vocera del movimiento “Yo Soy 132 Nueva York”, argumentó que el casi millón de dólares podría haberse empleado para resolver muchas de las carencias de los inmigrantes mexicanos. “Nuestros compatriotas sufren la falta de vivienda accesible, servicios de salud y educación. Lejos de resolver estas necesidades, el Gobierno usa el erario público para lo menos primordial”, indicó.

José Garza, miembro de la Junta Comunal 11, en El Barrio, dijo estar sorprendido de la falta de atino del Gobierno mexicano para priorizar los gastos, alegando que el verano pasado acudió al consulado para solicitar financiamiento de $5,000 para una feria de la salud.

“El proyecto no se concretó por falta de fondos, según alegaron el excónsul de comunidades Dante Gómez y la diplomática para asuntos de la salud Karina Escamilla”, explicó Garza. “El evento iba a ser parte de la Semana Binacional de Salud, pero las autoridades consulares dijeron tener sólo un presupuesto de $1,000”.

Gerardo Izzo, consejero de prensa del consulado, y Julieta Rodríguez, administradora, defendieron la inversión. Rodríguez planteó que, desde hacía 20 años, no se efectuaban refacciones estructurales en la residencia consular, lo que ponía en riesgo a sus ocupantes.

“La evaluación encontró asbesto y moho. Logramos un costo mínimo, considerando el área, una de las más caras de la ciudad. No se trata de lujo, sino de reparaciones necesarias”, destacó Rodríguez.

La funcionaria explicó que, en 2011, la vivienda fue valuada en $7 millones. Un año antes, el sitio web de bienes raíces www.city-data.com estimó ese valor en $2,080,000.

Izzo insistió que no se trata de una remodelación, sino de una reparación, y que el dinero integraba una partida económica que la Secretaria de Relaciones Exteriores de México dispone para las propiedades de su gobierno en el extranjero. “Esos fondos no tienen relación con los destinados a servicios sociales para inmigrantes”, concluyó el funcionario.

Víctor Centeno (34), residente de El Bronx:

“Creo que es injusto que dos o tres familias mexicanas estén viviendo en departamentitos, cuando la reparación de la residencia de la cónsul ocupó más de un millón”.

Víctor Enriques (36), residente de El Barrio:

“Ese dinero se pudo aprovechar para dar becas a los estudiantes sin recursos o en un programa de salud para atender a los trabajadores sin seguro médico. Los inmigrantes somos invisibles, el Gobierno sólo ve nuestras remesas”.

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