“El Tigre Sabanero” ruge con más furia que nunca
Ni la delicada operación del año pasado, separó a Aniceto Molina del escenario

Aniceto Molina es conocido también como el “embajador de la cumbia”. Crédito: Suministrada
Aniceto Molina dice tener, a sus 71 años, la fortaleza de un tigre.
Aunque presume que siempre la ha tenido. Ese apodo que le dieron los mexicanos, cuenta, le vino a la perfección y lo describe tal cual.
El agosto pasado tuvo una delicada cirugía de corazón abierto y a los casi dos meses ya estaba en un avión para cumplir con una gira de presentaciones en Centroamérica.
“Soy una persona imponente, estricto y firme en lo que es el trabajo”, confiesa el colombiano que tiene una trayectoria musical de 52 años. Por eso me apodaron El Tigre, con mi trabajo soy muy exigente”, aseguró el colombiano.
Nacido en El Campano, ubicado en la costa norte, en la Sabana de Colombia, Aniceto Molina desde los 12 años ha sido un fiel exponente de los ritmos autóctonos de esa región, el vallenato. “Nunca, nunca he cambiado de género”, lo dice con orgullo.
Molina, un personaje que se caracteriza por llevar su acordeón y su sombrero sabanero o vueltiao —un símbolo artesanal de Colombia—, conoció el éxito muy joven y con ello la parte más hostil del mundo del entretenimiento.
El intérprete de conocidos temas como ‘El diario de un borracho’, ‘La cumbia sampuesana’, ‘La burra tuerta’, ‘El pulquero’ y ‘El tigre sabanero’, sólo por recordar algunos de su larga lista, comenta que el éxito que obtuvo de joven, lo llevó a una vida de excesos con el alcohol, “la parranda” y las mujeres.
Además de una adicción, que fue la más difícil de combatir, el cigarrillo.
“Llegué a fumarme dos cajas [de cigarros] en un día”, platica. “Eso era un vicio que me tenía en la locura”.
Molina es padre de 13 hijos y la mayoría fueron procreados con diversas mujeres. “De joven llevé una vida desordenada, me gustaba el relajo. Fui exclusivo de una compañía disquera y perdí esa oportunidad porque andaba bebiendo, con el relajo con los amigos y dejaba de componer y grabar”.
El llamado también “embajador de la cumbia”, salió muy joven de Colombia donde ya era muy conocido con su gran éxito ‘Así soy yo’.
En 1973 decide radicar en México, en donde no eran tan conocido, pero no tardó mucho en hacerse famoso. Los mexicanos adoptaron la cumbia como propia al sonido de Molina, entre otros importantes expositores.
A través del auricular, desde su casa en San Antonio, Texas en donde radica desde 1984 y justo donde Molina comienza otra etapa de su vida y de su carrera, porque en Estados Unidos tuvo que iniciar desde abajo, sí desde el peldaño de la conquista, para encontrar el éxito en este país.
Y lo tuvo. Pero también llegó su época crítica y el deseo de retirarse de los escenarios.
“Murieron mis padres, vino la cuestión de un divorcio y eso me bajó mucho el ánimo. Luego, aquí en este país, llegaba a tocar a lugares tan tirados que me decepcioné, era un ambiente tan feo que dije: no, mejor me retiro”.
Eso y su vicio al cigarrillo, lo dejaron en una crisis emocional.
Pero fue en El Salvador, donde encontró su salvación: su acercamiento a Dios con la religión evangélica.
“Con tanta fe le pedí a Dios que me quitara ese vicio que me estaba acabando, y a los pocos días, un día me desperté —siempre con la caja de cigarrillos a mi lado—, pero esa vez ya no se me antojó fumar y desde entonces no he vuelto a fumar”.
Aniceto Molina, platica que desde entonces su vida cambió. Su carrera volvió a ascender y no ha vuelto a poner fechar de retiro.
“Mi Dios es el que manda y estaré aquí hasta que él lo disponga”, comentó el colombiano.
Aniceto Molina, cuenta que durante el tiempo que vivió en México, sus músicos lo apodaron “el tigre” por su carácter imponente. Pero cuando se enteró, en lugar de molestarse, le gustó y entonces él no sólo le agregó el gentilicio “sabanero” —por la región donde nació en Colombia—, sino que compuso un tema que fue tremendo éxito.
“Pensando yo, ojalá sea un éxito y me pongan así como a José Luis Rodríguez “El Puma” y mi Dios escuchó mi plegaria y ahora por todas partes me dicen “El tigre sabanero”.
Qué: Aiceto Molina, “El tigre sabanero” en concierto
Cuándo: Viernes 28 febrero (Anaheim) y Sábado 1 marzo (Huntington Park)
Dónde: La Hacienda, 501 S Brookhurst St., Anaheim (hoy) y Leonardo’s, 6617 Wilson St., Huntington Park, (sábado)
Cómo: En Anaheim, $27.00 y en Huntington Park, $37.00.
Más información: www.inticketing.com
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