Peruano echa una mano a los estudiantes de EE.UU.

Junto a un amigo húngaro pone en marcha StudyRoom, una plataforma social que permite a los estudiantes comunicarse para resolver problemas en los que se encuentran atascados cuando están estudiando

StudyRoom tuvo 24,000 usuarios a menos de dos meses de su estreno.

StudyRoom tuvo 24,000 usuarios a menos de dos meses de su estreno. Crédito: archivo

Nueva York — Cuando Emerson Malca visitó San Francisco por primera vez se quedó fascinado con unos robots en forma de perrito que Sony exponía en un museo de ciencias. Entonces tenía 10 años y le quedó la idea de hacer algo similar.

Al final, la robótica no fue algo que se materializara pero fue, sin duda, la puerta de entrada al mundo de la tecnología para este peruano, nacido en Lima hace 26 años, que ahora da sus primeros pasos en el mundo de los emprendedores empresariales desde Menlo Park, California.

Perteneciendo a una generación en la que los ordenadores eran personales e Internet no era algo a lo que había que adaptarse, a los 12 años Malca empezó a diseñar páginas de Internet. Y una cosa llevó a la otra. Primero se graduó en ingeniería de la computación en la Universidad estatal de San Francisco y luego se enseñó por su cuenta a hacer programación para el iPhone. Todo iba bien hasta que en Microsoft rechazaron su petición de empleo.

Entonces las cosas no fueron mal sino por otro camino. Porque cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.

O en su caso, una aplicación.

En 2010 Malca desarrolló un organizador para estudiantes y que se bajó tres millones de veces de la tienda de Apple y ese fue su primer paso en el mundo de las start ups.

El segundo empezó hace año y medio cuando una amiga estudiante que estaba en su casa “pidió ayuda para resolver un problema con una materia que estaba estudiando”. Malca recuerda que mandó mensajes a dos compañeros y ninguno tenía respuesta. Facebook, que nació para conectar estudiantes universitarios no la podía ayudar y entonces Malca y un amigo húngaro, Pindi Albert, se pusieron manos a la obra para poner en marcha StudyRoom, una aplicación que es una plataforma social y permite a los estudiantes comunicarse para resolver problemas en los que se encuentran atascados cuando están estudiando o compartir notas, por ejemplo.

Antes de lanzarla, Malca y su socio pasaron por una incubadora de Start ups dedicada a iniciativas educativas, Imaginek12 que les financió con $20,000 y les proporcionó tres meses de ayuda con mentores y contactos entre otros servicios.

StudyRoom está desarrollada para plataformas móviles y también para la computadora y se lanzó entre agosto y septiembre del año pasado con una prueba piloto para la que se registraron 500 estudiantes.

“Fue entonces cuando realmente empezamos a aprender cómo crecer”, explica Malca. Hace mes y medio la lanzaron en cuatro universidades y ya tienen 24,000 usuarios, una de las métricas más interesantes para inversores y empresarios de los medios sociales.

“Lo mejor que nos ha pasado es que tras lanzarla en San Francisco State, a los dos días ya se habían formado grupos de estudio”, dice este empresario latino.

Malca explica que cada universidad en la que lanzan el producto les da oportunidad de aprender cosas, mejorar el producto, hacer correcciones y de hecho han cambiado su agenda en un par de ocasiones para hacer y deshacer antes de seguir avanzando. “Hemos cambiado el producto un par de veces ya”, detalla.

La empresa está dedicada a los estudiantes y no a los profesores o administradores y tiene ánimo de lucro. Es decir, que en el futuro esperan hacer dinero con ella aunque hoy por hoy Malca no lo ve como una plataforma publicitaria.

“Queremos buscar dinero y que los estudiantes ganen también por ejemplo creando clases de tutorías a cargo de los mejores estudiantes y que pueden ser gratis o pagadas”, dice este empresario muy apasionado en arreglar el sistema desde la perspectiva de los estudiantes.

De momento, y con la juventud de esta empresa queda camino que recorrer. A Malca y Albert les gustaría contratar a otro programador que les ayude (ahora mismo en la empresa trabajan los dos co fundadores solos), alguien especializado en mercadotecnia y en diseño y experiencia de usuarios.

Cuentan con la inversión que hizo la incubadora y la ayuda de amigos y familia pero están empezando a ver a inversores ángel y empresas de capital semilla para financiar un crecimiento para el que ya han planificado lanzar “una cosa más grande para el próximo trimestre”, dice Malca sin querer ofrecer más explicaciones.

“Tenemos la suerte de estar en el mejor lugar para buscar a estos inversores y ya conocemos a mucha gente, pero estamos comenzando”, recuerda este joven emprendedor.

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