Las horas extra, ¿para quién?

Washington — El presidente, Barack Obama, ordenó ayer al departamento de Trabajo que modifique el reglamento de las horas extraordinarias para que más trabajadores vean compensada su labor si trabajan más de 40 horas semanales.

Los detalles sobre la reforma han de esperar pero, de momento, hay algunas respuestas a las preguntas que genera este cambio.

¿Quien se beneficiará?

Millones de asalariados, y entre ellos miles de latinos, calificados ahora como “cuello blanco” que, en realidad, no lo son. La orden de Obama busca limitar la capacidad de las empresas para considerar a ciertos trabajadores como “ejecutivos, administrativos o profesionales”, categorías para las que no se contempla el pago extra. No hay cifras, pero la Casa Blanca apunta a que se beneficiarán los gerentes de pequeñas tiendas, supervisores de restaurantes de comida rápida y oficinistas, entre otros. Actualmente, a nivel federal solo quienes ganan menos de $455 semanales pueden cobrar estas horas. En Nueva York esta cantidad es de $600.

¿Se va a elevar esa cantidad?

Trabajo hará un análisis económico pero ni este departamento ni la Casa Blanca detallan si la modificación clave será este límite. No obstante hay que recordar que este no se ha elevado desde 2004 (estaba en $250) y no está ligado a la inflación. Si lo estuviera ahora sería de algo más de $550. El umbral en 1975 era equivalente a $1,000 actuales. El límite actual para cobrar horas extra suma un salario de menos de $23,660 que está por debajo del umbral de la pobreza para una familia de cuatro personas.

¿Cuando se notará el cambio?

Trabajo empieza ahora a estudiar cómo hacer la modificación y no se espera que se divulgue el nuevo reglamento laboral hasta septiembre u octubre. Entraría en vigor el año que viene.

¿Cuál es el objetivo económico?

Los partidarios de esta medida aseguran que con esta los trabajadores tendrán más dinero para consumir y estimular la economía. Además, menos personas dependerían de cupones de comida u otras ayudas del Estado.

¿Quién está a favor?

Los economistas progresistas están a favor de algo que consideran de justicia. “Nadie cree que sea justo trabajar 60 horas semanales y solo cobrar 40. Confío en que esta medida sea popular, como cuando en 2004 la Administración Bush modificó por última vez el reglamento”, dijo Ross Einseberry, economista del Instituto de Política Económica en Washington. “No es un ataque a los negocios sino un reequilibrio. Si las empresas no quieren pagar horas extra, tendrán que contratar más empleados”, agregó.

¿Qué argumentos hay en contra?

Marc Freedman, de la Cámara de Comercio de EE. UU., cree que obligará a los negocios “a buscar cómo cubrir el incremento en los costos” laborales, y perjudicará a la pequeña y mediana empresa. David French, de la Federación Nacional de Minoristas, dice que “contraviene la creación de empleos”, tiene motivaciones políticas y “no hay pruebas de que se requiera desesperadamente ahora”.

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